Antecedentes
La organización de las comunidades comenzó a gestarse con los primeros
pobladores que participaron en la fundación de barrios caraqueños en San
Agustín del Sur, La Vega, Antímano, a comienzos de 1934, quienes crearon unas
agrupaciones que llamaron ligas de colonos, que les servían de voceros y
representantes. Estos comités luego pasarían a ser las llamadas juntas profomento
o promejoras. Después de la muerte de Juan Vicente Gómez, adquirieron
mayor fuerza y se dejaron sentir como organizaciones populares; los objetivos
de sus luchas eran muy concretos, pues los barrios carecían de todo. A pesar
del temor a la represión, las juntas profomento se estrenaron en las protestas
populares en la manifestación contra los caseros en 1936 que obligó al gobierno
a decretar la regulación de los alquileres. Estas juntas, espontáneas en los
primeros tiempos, comenzaron a ser penetradas por los partidos políticos:
tanto el Partido Democrático Venezolano, el Partido Comunista Venezolano, como
Acción Democrática, buscaban aplicar sus programas políticos en las
comunidades. La actividad se extendió rápidamente y en 1940 se creó una Junta
Central que integraba los barrios caraqueños de La Pastora, Las Tres Lomas, El
Retiro y El Manicomio.
Asociación de vecinos: fenómeno social
Mientras en los barrios las juntas promejoras se burocratizaban y
partidizaban, en los sectores medios de la sociedad venezolana se venía
gestando la organización vecinal incentivada por la defensa del carácter
residencial de la urbanización, la preservación de la calidad de la vida y
evitar el deterioro del medio ambiente. Las asociaciones de vecinos son
organizaciones voluntarias, permanentes, pluralistas y sin fines de lucro,
unidas para conservar y mejorar las condiciones de vida urbana y el desarrollo
armónico de las ciudades; tienen normas de funcionamiento y dividen sus
responsabilidades. Este fenómeno es resultado de un proceso social determinado
por la cohesión de la sociedad civil, además de la necesidad de defenderse de
las políticas de los concejos municipales -en especial el del distrito Sucre
del estado Miranda- que actuaban siempre de espalda a la comunidad.
Progresivamente se conformaron asociaciones de residentes o propietarios en
algunas urbanizaciones catalogadas como de clase media. Su composición era
heterogénea, caracterizada principalmente por su espontaneidad y una relativa
comodidad económica. La crisis urbana derivada de la carencia de planificación
y deficiencia de los servicios también afectó a los habitantes de las
urbanizaciones ubicadas en los sitios más exclusivos en todas las ciudades del
país. La respuesta fue la organización, de
modo que en 1958 surge la primera asociación de vecinos: Asociación de Vecinos
de Horizonte (ASOHORIZONTAE), urbanización entre El Marqués y Boleíta en
Caracas; al año siguiente se funda (ASOCORALES) en el litoral central, con el
objeto de obligar a los constructores a completar el equipamiento de servicios,
pavimentado de calles y otras deficiencias. No tenían carácter jurídico, se
ampararon en el ordenamiento dispuesto para las asociaciones civiles con
respecto a la defensa de intereses determinados. A partir de este momento y de
manera espontánea los vecinos de diversas urbanizaciones van organizando
asociaciones civiles, independientes del tutelaje de los partidos políticos y
del Estado y unidas por la defensa de la calidad de vida y del hábitat de su
zona, entre las primeras estuvieron: Asociación de Vecinos de la Urbanización
La Floresta, ARUFLO (1961); Asociación de Propietarios y Residentes de Prados
del Este, ASOPRAES (1964); APRUCC de Cumbres de Curumo (1965); Comunidad de la
Asociación Miranda (1965); Los Campitos (1966); ASOMARQUÉS (1967) ASOPRUE de
Caurimare (1967); APROCAF de El Cafetal (1969); ASOBEMO de Bello Monte (1970);
ASOVERDE de Palo Verde (1970), y otras más. Para evitar la dispersión de
esfuerzos, estimular la acción de otras comunidades y exigir mayor eficiencia
del gobierno local y nacional, 14 de estas primeras asociaciones de vecinos
fundaron en 1971 la Federación de Asociaciones de Comunidades Urbanas (FACUR),
y en agosto de 1976 se protocolizó el acta constitutiva. La gran lucha de FACUR
fue por la promulgación de una legislación que reconociera por parte del Estado
a las asociaciones de vecinos y que apoyara la acción desarrollada por este
movimiento, lo cual se obtuvo mediante la Ley Orgánica de Régimen Municipal
sancionada el 7 de agosto de 1978, que concedió personalidad jurídica a las
asociaciones de vecinos y le otorgó atribuciones para presentar ante los
concejos municipales proyectos de ordenanzas y solicitar la reconsideración de
las ordenanzas que no tuvieran carácter tributario; se obtiene además la
separación de las elecciones municipales de las presidenciales y de Congreso y
asambleas legislativas. Un año después el Ejecutivo Nacional emite el
Reglamento Parcial núm. 1 de la citada ley, compuesto por un conjunto de normas
referidas exclusivamente a las asociaciones de vecinos, mediante el mismo se
impone la estructura organizativa y se limita su desenvolvimiento al crear la
figura del comisionado, que rebasa la idea de democracia y participación que originalmente
motivó a los vecinos. Para la década de 1980 FACUR congrega un movimiento
vecinal integrado por 70 asociaciones vecinales que se han tornado más
coherentes y cohesionadas y con mayor claridad de objetivos. Este crecimiento
dio lugar a la creación de otras federaciones en diversos sitios del país:
FAVESPA, en San Antonio de los Altos; SALVA, en Valencia; FAVETRU, en Trujillo;
FAVETEQUES, en Los Teques; FAVEDIS, en Cumaná; FEDAVEC, en Guayana; Federación
de Asovecinos Barcelona; Federación de Asovecinos Barinas; MOVEL, en Lara;
Bloque Vecinal, en Cabimas; MOVENE, en Nueva Esparta; Integración Comunal, en
Carúpano, etc.; así como el denominado Movimiento de Vecinos, que agrupa a
dirigentes vecinales de Ciudad Guayana, Maracaibo, Mérida, Movimiento de Integración
de la Comunidad (MIC) y La Voz de Caricuao. Se estructuraron comisiones de
educación, capacitación, asesoría profesional, atención de conflictos y
publicaciones; las experiencias de todo este trabajo se dieron a conocer en la
revista Movimiento de Vecinos. Estas coordinadoras y federaciones, existentes
en los diversos sitios del país, fundaron en 1989 la Coordinadora Nacional de
Federaciones de Asociaciones de Vecinos (CONFEVECINOS), que agrupa 24
federaciones en todo el país.
Escuela de vecinos
La Escuela de Vecinos de Venezuela, creada en 1980 como una asociación
civil sin fines de lucro, independiente de organizaciones partidistas,
económicas o religiosas, se ha propuesto como objetivo la educación ciudadana
para la participación a través de la capacitación, información y asesoría a
ciudadanos y organizaciones comunitarias. La escuela tiene oficinas en Caracas,
Cabimas, Río Caribe, San Felipe, Morón, valles del Tuy, San Cristóbal,
Maracaibo, Socopó, Barinas, donde presta servicios de capacitación e
información por medio de talleres, seminarios y charlas de orientación sobre la
organización vecinal, así como cursos de comunicación comunitaria, prensa
vecinal, seguridad vecinal, etc., y en la formación de promotores que eleven la
calidad de la participación ciudadana; también ha desarrollado un Centro de
Información Vecinal y ofrece asesoría presencial, escrita o telefónica sobre
temas inherentes a la comunidad: urbanismo, ambiente, ordenamiento jurídico,
etc.
La organización vecinal ha logrado crear numerosos medios alternativos
de información para difundir internamente sus luchas y buscar una mayor
integración de la comunidad por medio de boletines, volantes, periódicos,
folletos, asambleas, foros, etc.; las diversas comunidades conocen de las
actividades y éxitos de la lucha vecinal. El interés que despierta la
participación de los vecinos en la solución de los problemas, hizo que de los
medios impresos de carácter local, se pasara a espacios radiales como El
programa de los vecinos y al experimento televisivo Buenas noticias, el cual
surgió como una iniciativa de la Escuela de Vecinos de Venezuela y empezó a
transmitirse por el canal 5 de la Televisora Nacional el 20 de abril de 1990,
como un programa semanal de media hora; el 13 de enero de 1992 se convirtió en
un programa diario de media hora, dirigido a promocionar y difundir el
desarrollo de las gestiones comunitarias. Este experimento comunicacional hizo
posible que en agosto de 1992 se fundara la Agencia Buenas Noticias, que es un
servicio informativo que compila, procesa y difunde noticias y reportajes para
ser enviados a las emisoras de radio, periódicos y televisoras nacionales y
regionales; estas noticias exaltan los valores positivos y los logros de la
participación ciudadana. La fuerza del movimiento vecinal ha logrado que los
diarios y televisoras abran secciones exclusivas para que los vecinos expresen
sus necesidades. Otra experiencia interesante del movimiento vecinal y de la
sociedad civil en general es la formación de redes, valiéndose para su
funcionamiento de medios tecnológicos como el fax y el computador para difundir
la información. Desde 1985 viene funcionando la Red de Corresponsales
Populares, que opera como un canal de intercambio y solidaridad entre grupos
populares; la Red Queremos Elegir, es una asociación civil que se inicia en
1992, para promover reformas electorales que posibiliten una auténtica
democracia, y finalmente, la Red de Buenas Noticias, suerte de acuerdo entre
agrupaciones comunitarias, con el propósito de establecer relaciones entre los
ciudadanos que con su trabajo echan las bases para el crecimiento del país.
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O.A.P.
BIBLIOGRAFÍA: ABOUHAMAD DE ERMINY, LORENA y JOSÉ GREGORIO DELGADO. Manual
de bases legales de la actividad vecinal. Caracas: Escuela de Vecinos de
Venezuela, 1994; Manual del vecino. Caracas: Fundación para el Desarrollo
Municipal, 1983; PERRONE, LUIS y VÍCTOR RODRÍGUEZ . El movimiento vecinal: las
asociaciones de vecinos. Caracas: mimeografiado, s.f.; SANTANA, ELÍAS. El
manual del vecino: la prensa vecinal: alternativa de comunicación. Caracas:
Ediciones Ecotopía, 1984; __. El poder de los vecinos. Caracas: Ediciones
Ecotopía, 1983.
HEMEROGRAFÍA: ALVIAREZ, CARMEN. «Un proyecto de noticiero para las
comunidades». EN: Revista Comunicación, Centro Gumilla. Caracas, núm. 71-72,
1990; PASCUALE, NICODERMO e IVÁN ABREU. «Las asociaciones de vecinos y su
influencia en la sociedad civil». EN: Revista Comunicación, Centro Gumilla.
Caracas, núm. 73, 1991.
Recuperado para fines educativos
Fuente: Diccionario de Historia de Venezuela
Publicado por: Fundación Polar
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