lunes, 11 de marzo de 2019

Cooperativismo y transición



Por Rafael Viloria


“Las cooperativas son asociaciones abiertas y flexibles, de hecho y de derecho cooperativo, de la economía social y participativa, autónomas de personas que se unen mediante un proceso y acuerdo voluntario, para hacer frente a sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales comunes, para generar bienestar integral, colectivo y personal, por medio de procesos y empresas de propiedad colectiva, gestionadas y controladas democráticamente…”

En el orden expuesto: el cooperativismo venezolano viene desde 1960 desarrollando un proceso importante de promoción, organización de cooperativas en todos los campos de la economía social solidaria

Hay que destacar que a lo largo y ancho de la geografía venezolana, el cooperativismo ha dado muestras de ser un modelo de organización social y económico alternativo en materia de servicios sociales y económicos comunitarios.

Miles de familias organizadas en la economía solidaria en materia financiera (Ahorro y créditos), las ferias de consumo familiar, servicios funerarios, servicios médicos de hospitalización, maternidad, atención medica general y especializada, cirugía, servicios técnicos, etc.

Más de un 10% de la población venezolana han encontrado en la cooperación, la forma autogestionaria de mejorar su propio bienestar social y económico.

Para el venidero año 2020, el cooperativismo venezolano, estará arribando a 60 años del proceso de organización social, económico y político. En su trayectoria ha desarrollado una gama de experiencias, además de su carácter social y económico, en materia de transporte de carga, pasajeros, producción agrícola y pecuaria, mecánica en general. Ello en síntesis da muestras de la existencia de un conjunto de experiencias de corte social, económico y político; que a la postre ha contribuido a lo largo de 60 años con el desarrollo del país.

Naturalmente es bueno destacar de manera particular la presencia del marco constitucional y legal, la Constitución Bolivariana de la República de Venezuela, en sus artículos: 70°, 118°, 184° y 308°, que reserva al cooperativismo venezolano, así como La Ley Especial de Asociaciones Cooperativas.

Ambos instrumentos de carácter jurídico han acompañado al cooperativismo en su coherente desarrollo.

Hoy el mismo país, donde el cooperativismo ha desarrollado roles de organización en las mismas seis (6) décadas; presenta un cuadro de crisis integral, que obliga a los venezolanos a plantearse desarrollar una verdadera revolución social democrática de cambios innovaciones y transformaciones en el marco de una nueva visión y misión.

El cooperativismo por razones obvias conocidas, no solo estaría, sino que está obligado a participar en el proceso de transición que las circunstancias políticas del momento así lo indican.

Salir de la crisis no resultará fácil, si al proceso de transición “… acción de pasar gradualmente de un estado a otro o de una situación a otra, estado intermedio entre una anterior y el estado al que se cambió…” no concurre la voluntad y disposición suficiente a la unión de voluntades hacia una causa común que es la democracia

En ese contexto: el cooperativismo con sus sesenta (60) años de experiencia acumulada deberá dar pasos decididos a la participación activa y protagónica en la reconstrucción de la democracia social, hoy seriamente lesionada.

Reconstruir y rescatar a Venezuela no será fácil, imposible tampoco lo será. Para ello habrá que invocar lo dispuestos en los artículos 2 y 3° de nuestra carta magna:

Artículo 2. Venezuela se declara República Bolivariana, irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional, en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador.

Artículo 3. El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes consagrados en esta Constitución.

“Lo contrario del bien no es el mal, sino la indiferencia.”

Es la que tenemos que combatir uniendo nuestras voluntades y disposiciones al margen de nuestras diferencias sociales, políticas económicas y religiosas en la gesta libertaria que hay que emprender, todo ello solo dependerá de la unión de todos.


08-03-19




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