Los objetivos
de desarrollo sostenible, son lineamientos centrados para tratar de mejorar
cosas que no funcionen. En todo el mundo, esta modalidad se enfoca en metas
como: reducir la pobreza, mejorar el acceso a alimentación y agua potable,
mejorar la educación, el acceso a sanidad, la cura de epidemias y otras
enfermedades, el terrorismo o la contaminación.
Según lo
contempla la Organización de Naciones Unidas, “la intención de los objetivos de
desarrollo sostenible es tratar de conseguir un planeta mejor”.
Reunidos el
jueves 23 de mayo en los espacios de la iglesia San Miguel Arcángel, en alianza con Foro Sur, con sus principales dirigentes Wilfredo Rangel y Luis Marques, con una asistencia de 25 vecinos, ubicada en el bulevar César
Rengifo, El Cementerio, Parroquia Santa Rosalia del Municipio Libertador. Beatriz
Cisneros, integrante del equipo de coordinadores de la ONG Caracas
Ciudad Plural, en compañía de Jorge González Caro, Representante Nacional de
las Naciones Unidas para Venezuela, explicaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible , agenda 2030 de la Naciones Unidas.
González
explicó que se necesita una gran conciencia sostenible en la sociedad y por
ello se establecen los siguientes principios básicos para lograr el cambio,
primero desde la persona, para luego aplicarlo en las sociedades del mundo
entero.
De acuerdo
con la ONU, los 17 objetivos de desarrollo
sostenible son:
1.
Erradicar la pobreza en todas sus formas en todo el mundo.
2. Poner
fin al hambre, conseguir la seguridad alimentaria y una mejor nutrición, y
promover la agricultura sostenible.
3.
Garantizar una vida saludable y promover el bienestar para todos para todas las
edades.
4.
Garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa, y promover las
oportunidades de aprendizaje permanente para todos.
5. Alcanzar
la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas.
6.
Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento
para todos.
7. Asegurar
el acceso a energías asequibles, fiables, sostenibles y modernas para todos.
8. Fomentar
el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y
productivo, y el trabajo decente para todos.
9. Desarrollar
infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y
sostenible, y fomentar la innovación.
10. Reducir
las desigualdades entre países y dentro de ellos.
11.
Conseguir que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros,
resilientes y sostenibles.
12.
Garantizar las pautas de consumo y de producción sostenibles.
13. Tomar
medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos (tomando nota
de los acuerdos adoptados en el foro de la Convención Marco de las Naciones
Unidas sobre el Cambio Climático).
14.
Conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, mares y recursos marinos
para lograr el desarrollo sostenible.
15.
Proteger, restaurar y promover la utilización sostenible de los ecosistemas
terrestres, gestionar de manera sostenible los bosques, combatir la
desertificación y detener y revertir la degradación de la tierra, y frenar la
pérdida de diversidad biológica.
16.
Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible,
facilitar acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces,
responsables e inclusivas a todos los niveles.
17.
Fortalecer los medios de ejecución y reavivar la alianza mundial para el
desarrollo sostenible.
Qué contemplan los objetivos de desarrollo
sostenible en nuestros desafíos personales
1. Compartir
con quien más lo necesita: aunque no cuente como sostenibilidad empresarial, la
filantropía en cualquier caso es bienvenida. Enviar dinero a fundaciones, donar
ropa o comida en buen estado y sumarse a causas sociales pueden ser grandes
formas de ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas con menos
recursos.
2. No
desperdiciar comida: el uso eficiente de los recursos es un concepto recurrente
en los ODS. ¿Sabías que en el 2016 en Colombia estábamos botando casi 10
millones de toneladas de comida al año? Consumir lo que necesitas tiene un
impacto directo no solo en la lucha contra el hambre en el mundo, sino en otras
metas prioritarias como el fin de la pobreza o la reducción de la desigualdad.
3. Llevar
una vida saludable: una cultura de salud preventiva incluye acciones como tener
una alimentación balanceada, hacer ejercicio y descansar el tiempo suficiente,
pero también visitar al médico de forma regular, así evitamos la transmisión de
enfermedades y facilitamos la realización de diagnósticos oportunos.
4. Apoyar
la defensa de la educación pública: el acceso a la educación es importante
porque se convierte en oportunidades de crecimiento para las personas, además
de que contribuye a reducir las brechas de desigualdad y de equidad de género.
5. Fomentar
el trato igualitario entre hombres y mujeres: una verdadera equidad de género
depende no solo de que seamos capaces de igualar las condiciones laborales para
ambos sexos; también de que creemos espacios seguros para que las personas se
sientan cómodas y la convivencia entre ellas se facilite.
6.
Depositar los residuos donde debe ser: los residuos no son únicamente
importantes desde la perspectiva del reciclaje. Si no tiramos residuos a la
calle, evitamos que los alcantarillados colapsen. Si no botamos aceite de
cocina en el fregadero o químicos en el baño, evitamos la contaminación del
agua. Y si no llevamos a cabo estas prácticas, le aportamos a la disponibilidad
hídrica en el planeta.
7. Exigir
energías renovables no convencionales: con la participación en los planes de
desarrollo, los ciudadanos podemos incidir en los presupuestos y las políticas
públicas para que los gobiernos aceleren la transición hacia las energías
renovables no convencionales -como la solar o la eólica-, por medio de
subsidios y otras medidas.
8. Ser
consciente del impacto que generamos: el mayor aporte que le podemos dar al
mundo proviene de lo que hacemos en casa y el trabajo. Si tenemos claro el
papel y el alcance de nuestras acciones, podemos consolidar aportes mucho más
grandes de lo que nos imaginamos.
9. No
perder el espíritu creativo: la innovación y el desarrollo se impulsan con el
deseo de investigar y de mejorar lo que ya tenemos. Mantener la curiosidad en
el día a día puede ayudarnos a ser propositivos en el trabajo, a cambiar lo que
puede funcionar mejor en los procesos y, en general, a pensar cómo podemos
impactar cada vez más de forma positiva nuestro entorno.
10.
Participar en voluntariados: más allá del apoyo que le podemos brindar a las
personas que no tienen los recursos para satisfacer sus necesidades, hacer
parte de estas iniciativas nos permite reconocer la condición del otro y
generar empatía con su realidad para ayudar a transformarla.
11. Apropiarse
de los espacios públicos: las ciudades sostenibles se construyen eliminando las
barreras. Un barrio que se aísla entre edificios encierra a sus habitantes en
una burbuja y los hace olvidar los espacios públicos, volviéndolos peligrosos y
marginales. Si los usamos, vamos a fomentar la integración y la construcción de
relaciones en nuestras comunidades.
12.
Consumir de forma responsable: además de separar correctamente los residuos, el
consumo responsable implica apropiarnos del papel que tenemos como consumidores
desde el mismo momento de compra, así priorizamos factores diferentes al precio
cuando adquirimos los productos.
13. Pasarse
a la movilidad sostenible: caminar, montar en bicicleta, usar el transporte
público y compartir el carro son algunas de las alternativas que podemos
adoptar para reducir el impacto que tiene nuestra movilidad sobre el medio
ambiente.
14. Separar
y reciclar el plástico: una de las grandes problemáticas ambientales de la
actualidad es el manejo del plástico. Separándolo adecuadamente podemos evitar
que aumente la contaminación de los océanos, ecosistemas que anualmente reciben
8 millones de toneladas de residuos, y aportar a la conservación de la vida
submarina.
15.
Priorizar las marcas 'eco-amigables': en la actualidad existen sellos como el
Rainforest Alliance que nos ayudan a conocer qué productos están certificados
por sus procesos de elaboración, sus cadenas de abastecimiento y, en general,
sus prácticas sostenibles. Adquirir esos productos es apoyar el cuidado de los
ecosistemas desde una actividad tan cotidiana como lo es el consumo.
16.
Respetar y promover los derechos humanos: resumir este objetivo en "no
hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti" puede ser
caer en un lugar común, pero como cuestión de valorar las garantías y las
libertades humanas, el respeto de los derechos puede ser tan simple como
ponerse en los zapatos del otro antes de tomar cualquier decisión.
17.
Comparte estas acciones: mientras más personas seamos las que busquemos estos
objetivos, mejores van a ser los impactos que veamos en el entorno.
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