domingo, 16 de enero de 2022

Nunca es tarde para aprender y emprender (I) por @oscarbastidas25

Por Oscar Bastidas Delgado

El emprendimiento no tiene edad. Quien suscribe es partidario de impartir teorías y prácticas de emprendimiento desde el preescolar. Hace años, en una creche parisina se discutió acerca de la conveniencia o no de colocar sillas y objetos pesados en el espacio de juego de los niños, las opiniones se dividieron entre no hacerlo y la de un sí, pues ello haría que los niños buscasen ayudarse para moverlos y así surgiría el reconocimiento del otro, valor de la entreayuda o ayuda mutua, ya que mover esos objetos obligaría a la unión de esfuerzos.

En el ámbito de los adultos la lógica del emprendimiento debe ser eje transversal de toda actividad pues son infinitos los problemas y sueños poseídos y jugar a ser simple observador sin acción alguna solo conduce a inamovilidad y muerte socio-económica prematura: “O inventamos o erramos”, decía Simón Rodríguez, maestro de El Libertador Simón Bolívar

En el mundo académico el eje emprendedor cobra mayor fuerza: ¿tiene sentido que un alumno de cualquier carrera universitaria pase 4 o 5 años sentado en un pupitre sin aplicar los contenidos de cada materia a una propuesta emprendedora y sin aprovechar su cotidianidad con sus compañeros y futuros colegas, sabiendo que en su futuro profesional pondrá en marcha su propia oficina, consultorio o empresa? Por ello, emprendimiento debe ser materia obligatoria en toda carrera, de forma tal que a lo largo de ella se tejan relaciones futuristas y todo egresado se lleve el título universitario bajo un brazo, y la organización constituida bajo el otro.


Especial situación se presenta en los casos de emprendimiento de personas de la tercera edad, particularmente aquellos cuya zona de confort fue el cumplimiento de un horario durante unos años, al final de los cuales se percibiría una jubilación o una pensión que “permitiría vivir tranquilamente los años finales de vida”, y luego constatan que no alcanza ni para cubrir las necesidades básicas, como sucede con los profesores universitarios jubilados venezolanos que, aún con el mayor escalafón, no perciben ni 10 US$ mensuales de salario.

Si según la ONU, quien perciba menos de 1,90 dólares al día pertenece a la pobreza extrema: ¿en cuál nivel de pobreza colocamos a estos profesores, entre los que se incluye quien este artículo suscribe?; peor aún, dónde se colocaría al venezolano promedio cuyo salario mínimo mensual es de apenas 3,6 bolívares, 0,77 US$ mensual a una tasa de 4,6282 por US$ según el Banco Central de Venezuela. Lo descrito obliga a pensar en salidas, principalmente a personas de la tercera edad.

¡Nunca es tarde para aprender y emprender! Estudiar sin importar la edad es una vía de emprendimiento, conocemos casos en ese sentido, no los mencionaremos en este documento pero bien valdría la pena satisfacer esos sueños de estudios por quienes los posean y puedan realizarlos. Realizar sueños y utopías como sueños sociales realizables, y enfrentar problemas, también son móviles del emprendimiento.


Las opciones de emprendimiento son numerosas y variadas, tantas como el pensamiento desarrolle pero, colocando como denominador la edad y el tiempo de dedicación, al menos tres preguntas deben ponerse sobre la mesa: ¿en qué emprendemos?, ¿es factible ese emprendimiento?, ¿emprendimiento individual o en asociativo?


La primera interrogante se relaciona con dos indicadores claves: 1.- ¿qué sabemos hacer?; y 2.- ¿qué nos gusta hacer?, las otras dos dependerán del diseño de la organización a emprender, reto de todo emprendedor. Solo a partir del diseño será entonces posible aplicar los parámetros del Plan de Negocios a fin de determinar la factibilidad y precisar si el emprendimiento será individual o en equipo pues las necesidades financieras del modelo organizacional influye en la búsqueda de aportes por socios o asociados, si el emprendimiento tiene perfil capitalista serán socios accionistas, y si el perfil es de Economía Social, serán asociados como en los casos de las asociaciones, las mutuales, los fondos de empleados o cajas de ahorro, y las cooperativas.


Por último. Como se observa, el panorama del emprendimiento es complejo, hay que estudiar, aprender a emprender. Ello pasa por buenas lecturas y aplicaciones en talleres de los preceptos: Conceptos – Direccionalidad – Logros con las debidas aplicaciones para sentirse útil, elemento clave en un emprendimiento. Se continúa en la segunda parte de este artículo.

 

FUENTE.

Bastidas-Delgado, Oscar (2017). Emprendimiento, Constitución y Gestión de Cooperativas. Publicado en Amazon.


https://www.amazon.es/EMPRENDIMIENTO-CONSTITUCIÓN-Y-GESTIÓN-COOPERATIVAS-ebook/dp/B071CVPWDR

 

https://www.linkedin.com/in/oscarbastidasdelgado

 

oscarbastidasdelgado@gmail.com

 

Oscar Bastidas es cooperativista, consultor y facilitador en Emprendimiento Asociativo y Microempresas.

 

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