lunes, 22 de agosto de 2022

Foro Hatillano #245.La Oscilante (In)Capacidad de La Oposición Venezolana en la Disputa por El Poder Subnacional.Foro Chat Whatsapp.Jueves 18 de Agosto de 2022

 

La Oscilante (In)Capacidad de La Oposición Venezolana en la disputa por El Poder Subnacional

Por Marianela Escalona Montesinos


Ponente: Juan Manuel Trak. Sociólogo (UCAB). 

Doctor en Procesos Políticos Contemporáneos (USAL).


  Juan Manuel Trak conjuntamente con Maryhen Jiménez (Universidad de Oxford), Stefanía Vitalle (UCV), Guillermo Aveledo (UNIMET) realizaron un trabajo académico titulado "La oscilante (in)capacidad de la oposición venezolana en la disputa por el poder subnacional" cuyo objetivo fue tratar de probar un conjunto de hipótesis sobre la competencia política en un contexto autoritario como el venezolano, en el marco de una invitación que estos profesionales recibieron por parte de la Oficina Nacional de Procesos Electorales de Perú, quienes publican una revista llamada ELECCIONES.

 En el trabajo se trató de identificar si, a nivel subnacional, en las elecciones del año 2021 vistas con una mirada histórica desde el 2008, se podía observar cómo la oposición tuvo o no la oportunidad de obtener más victorias electorales a nivel regional en las gobernaciones independientemente si los resultados eran respetados o no por el gobierno en el marco de un régimen autoritario competitivo.

 Para este fin, los investigadores se preguntaron si el "chavismo" es invencible a todo nivel, si es cierta la narrativa oficialista y de una parte de la oposición de que el gobierno es invencible como consecuencia del conjunto de victorias que ha obtenido desde el año 2000. Con este régimen que se ha hecho cada vez más autoritario en el ámbito subnacional, en el estudio se quiso identificar si la oposición mostraba una mejoría o desmejoraba el desempeño de los candidatos a gobernadores.

 Las gobernaciones son importantes porque a partir de ellas hay posibilidad de tener una gestión política capaz de mostrar al electorado un proyecto y una gestión de políticas públicas diferentes y también permiten construir de abajo hacia arriba los movimientos políticos y sociales capaces de, posteriormente, generar un cambio político mediante los diferentes tipos de participación política que existen y no solo el electoral.

 A pesar de que el sistema actual es autoritario a juicio de Trak no dejó de ser competitivo hasta el año 2015 entendiendo y dando importancia al análisis a nivel de las gobernaciones, buscando identificar si la oposición perdió oportunidades de victoria como producto de las condiciones políticas existentes o bien por la dificultad para resolver sus propios dilemas internos.

 A partir de estas consideraciones se hizo un análisis de correlación de fuerzas entre bloques políticos entre los años 2008 y 2021 para comprender si el éxito relativo de la oposición partidista estaba condicionado al tipo de estrategia que emprendió y su capacidad para ejecutarla. Lo esencial no es si la oposición participa o se abstiene, sino la forma en la que participa y cómo se abstiene.

  Una de las grandes hipótesis que se manejaron en el referido análisis fue que en el marco de unas condiciones con un régimen autoritario competitivo, la falta de coordinación entre los diferentes factores de la oposición ha tenido una incidencia negativa en la posibilidad de maximizar el potencial electoral que tenía para la elección de 2021, y eso se demuestra en su pobre desempeño a nivel subnacional en dichas elecciones.

 Trak afirma que hay que entender que las elecciones en democracia tienen una finalidad determinada la cual es elegir a los representantes, participar en el autogobierno, etc pero en los sistemas autoritarios las elecciones tienen finalidades para el gobierno y para la oposición. Algunos incentivos que los sistemas autoritarios obtienen al realizar elecciones son:

   .-Para el gobierno siempre será mejor decir que mantiene el poder mediante elecciones.

   .-El gobierno puede medir cómo están sus fuerzas internas y también resolver temas como los de liderazgos locales, problemas de coordinación, etc a través de la preparación de la elección y la elección misma, decantando así a quienes apoyan al régimen.

   .-Las autocracias aceptan realizar elecciones porque les da legitimidad, les permite generar algunas concesiones por las presiones de la comunidad internacional, pueden recabar información tanto de seguidores como de opositores en términos de su comportamiento electoral, etc.

   .- Pueden mitigar a la oposición o cooptar a una parte de ella.

 Sin embargo, las elecciones conlleva el riesgo de perderla.

 A nivel subnacional, donde el costo de perder la elección no es tan alto, hay más incentivos para que el gobierno las haga y de concesiones a nivel electoral.

 Por otra parte, para la oposición también hay incentivos para participar; la forma como la oposición entienda la lucha política va a generar un conjunto de dilemas. Oponerse al sistema autoritario supone decidir si se participa o no en las elecciones y las razones para ello, teniendo clara la naturaleza del sistema político.

 Hay grupos dentro de la oposición que buscarán cálculos de costo-beneficio en la participación y analizarán el balance del mismo.

 El primer dilema para la oposición es el costo de participar o no en unas elecciones cuyas condiciones son profundamente adversas, donde hay persecución política, con medios de comunicación que no son completamente libres, elecciones muy poco competitivas o no competitivas en algunos casos. El dilema tiene que ver con el hecho de que si a través de elecciones se puede intentar de cambiar el status quo; la correlación de fuerzas a nivel subnacional permite una medición de fuerzas en términos electorales al menos a nivel de gobernaciones y municipios y, a partir de ahí, tratar de desafiar al sistema autoritario mediante una gestión reformista en aquellas unidades políticas donde se logre el poder, y también mediante la búsqueda de algunas mejoras en términos de las condiciones electorales como por ejemplo presionar mediante la participación para obtener una mejora de los sistemas automatizados de votación, por una auditoría integral, por mejorar la correlación de fuerzas dentro del órgano que administra las elecciones (CNE),etc.

 Habrá grupos que tratarán de cambiar el status quo mediante reformas internas, otros que decidan no participar y harán lo posible por retirar cualquier apoyo a la elección y otros que ven en la elección la posibilidad de alcanzar un mínimo de poder, o generar algún tipo de alianza (formal o informal) con el poder simulando algún tipo de oposición convirtiéndose en un grupo cooptado por parte de las autoridades.

 Otro aspecto relevante del estudio es el referente a la coordinación ya que tiene un efecto importante sobre la posibilidad de la oposición, dentro de un sistema autoritario, de enfrentar al partido de gobierno.

 El segundo dilema se da entre los que deciden participar y el momento de establecer cómo será la coordinación.

 La coordinación tiene un conjunto de beneficios que permiten mejorar las posibilidades de alcanzar el poder. Sin embargo, la misma debe atender un conjunto de elementos importantes tales como el tema programático es decir, en función de cuáles valores y políticas se hará la coordinación y si se llega al poder, cómo se hará el reclutamiento de activistas, cómo será la selección de los candidatos, cómo será la estrategia de movilización y de comunicación, etc elementos muy importantes a la hora de coordinar.

 Además, las estrategias, objetivos e incentivos para la coordinación van a diferir entre grupos opositores debiéndose definir desde un principio cuál es el objetivo que comparten los diferentes grupos que buscan coordinarse para generar una estrategia coherente con el objetivo y a partir de ahí generar estrategias tácticas de acciones operativas que puedan coadyuvar a la consecución del objetivo que, en este caso, es la de ganar el mayor número de elecciones posibles.

 En este contexto, en la pasada elección de 2021, el estudio revela cómo la decisión de participar o no, no fue una decisión coordinada; no hubo consenso sobre participar o no, ni sobre la selección de los candidatos a nivel estatal, ni sobre la manera de coordinarse con otros actores que participaron en las elecciones municipales de 2017. Este conjunto de decisiones no tomadas para la elección de 2021 se reflejaron en el resultado electoral.

 En medio de esta descoordinación puede observarse que a pesar del poco apoyo popular al gobierno, la falta de un discurso coherente sobre la participación, la generación de desconfianza hacia el nuevo CNE, ante la falta de una estrategia común, no hubo motivación para participar por parte del electorado y además, el número de candidatos de oposición resultó fragmentado por la falta de coordinación y de participación previa de la oposición en las elecciones de 2020, 2018 y 2017, en donde estos espacios vacíos fueron llenados por otros actores, unos nuevos y otros pertenecientes a partidos políticos cooptados por el gobierno. Ante la ausencia de coordinación no se logró el objetivo de ganar la mayor parte de las elecciones cuando la oposición podía haber tenido un mejor desempeño, a juicio de Juan Manuel Trak.

 Los resultados del estudio demuestran que la oposición tuvo el potencial para ganar en 19 de los 23 estados. La ausencia de coordinación tuvo efectos perniciosos sobre la capacidad de la oposición de disputar el poder a nivel subnacional. En el pasado la oposición era menos competitiva pero más coordinada.

 La mayoría de los votos para candidatos no oficialistas terminaron dispersos entre diferentes grupos políticos mermando la posibilidad de alcanzar un número significativo de alcaldías y gobernaciones, lo que hubiese generado un panorama político completamente diferente al actual.

 Estados en los que se pudo haber ganado por tener la oposición una competitividad superior a la del gobierno, la fragmentación de candidatos anuló la posibilidad de obtener la victoria y el subsecuente poder que puede generar la conformación de un movimiento político de cara a las próximas elecciones de 2024.

 La conclusión es que el gobierno genera estos dilemas de participar o no, de coordinarse o no, creando atajos mediante mecanismos extra institucionalizados para acceder al poder y en esta dinámica de conflictividad el tema electoral pasa a un segundo plano, desmovilizando a la oposición, generando incentivos para que nuevos emprendedores políticos y grupos cooptados ocupen los espacios abandonados por otros actores. En esta fragmentación la debilidad del gobierno (poco apoyo popular) no se traduce en derrotas políticas.

 En 2021 el país tenía un gobierno débil electoralmente, pero la fragmentación impidió aprovechar esta debilidad y finalmente el gobierno obtuvo la mayoría de las gobernaciones.

 Los datos obtenidos ofrecen la posibilidad de reflexionar sobre la necesidad de coordinación de la oposición, la cual debería estar ligada a una estrategia general en la que haya coherencia en todas las dimensiones del juego político, no solo la electoral.




 

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