Hoy 10 de diciembre el mundo conmemora el día Internacional de Los Derechos Humanos, mientras en Venezuela las trampas del Régimen y la incongruencia de la dirigencia opositora agreden y violan el derecho humano a la participación política en estas elecciones municipales, vergonzosas por más de una razón. Sin embargo, tanto la grosería y abuso del régimen como miopía y egoísmo de la dirigencia opositora forman parte de un juego que perdió sentido hace mucho, mucho tiempo.
JUEGO TERMINADO PARA EL RÉGIMEN
Una cosa es manipular la demanda social como mecanismo de dominación en el marco de un Petro-Estado (es decir, administrar la miseria de las mayorías en un contexto general de riqueza relativa, en que cada quien fantaseaba con parir soluciones particulares a los problemas colectivos y la capacidad de intervención del gobierno parecía infinita), como hizo Chávez durante doce años…pero otra muy distinta es la bestia de la hiperinflación.
En efecto: La astucia del “carnet de la patria” le pudo funcionar a Maduro como mecanismo de control social y extorsión político-electoral para un evento, quizá para dos, difícilmente para tres, pero en América Latina los rigores de la hiperinflación suelen llevarse por delante cualquier trampa burocrática. Los intentos de Maduro por asemejar su desgobierno al régimen caribeño tienen un límite: No teniendo el madurismo, como si tienen los Castro, una disciplinada maquinaria capaz de convertir los rigores del “Período Especial” en fuente de poder de la cúpula, la versión criolla del “Período Especial” madurista va implicando la profundización del festín de las mafias, una nueva etapa de esa rebatiña de la que se quejan hasta José Vicente Rangel y Pérez Pirela.
Maduro aspira “en largo” mientras las mafias se lucran “en corto”. Maduro prefiere seguir actuando como si estuviera “en control”, hace oídos sordos a la literal situación de muerte por hambre y enfermedad que enfrenta el pueblo, y cree estar en condiciones de concentrar su energía en aislar y destruir a sus competidores internos, usando hoy a Ramírez como escarmiento para mostrar a Cabello lo que podría ocurrirle en caso de querer hacerse con todo el poder. Mientras el régimen se dedica así a “jugar carrito” con sus ambiciones y vanidades, el país estalla silenciosamente… ¡Por ahora!
JUEGO TERMINADO PARA LA OPOSICIÓN:
Desde enero de 2016 las cuatro más importantes direcciones partidistas del campo democrático (Primero Justicia, Voluntad Popular, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo) han estado más ocupados compitiendo entre ellos que enfrentándose al régimen autoritario y corrupto. En esa puja intestina despilfarraron el gigantesco capital político generado por la histórica victoria del 6D del 2015, hasta llegar a la lamentable situación en que hoy se encuentran, empatados con Maduro tanto en aceptación (31%, según la última encuesta Venebarómetro) como en rechazo (más del 60%, de acuerdo a la misma fuente)… con una diferencia sustancial: ¡La tendencia!
Maduro SUBE a 31% de aprobación de gestión, cuando hace pocos meses tal indicador apenas rebasaba 20%, mientras eso que hoy es la Mesa de la Unidad BAJA al 31% por ciento de aprobación, lo que significa una caída vertical de mas de 30 puntos, pues tras la victoria del 6D el porcentaje de venezolanos que apreciaba como positiva la actuación de esa alianza rozaba 70%.
VENDEDORES DE ANTI-MILAGROS…
2017 termina con una curiosa información: La encuesta Venebarómetro revela que el candidato Maduro tiene hoy más respaldo (29%) que Leopoldo López (18%), Capriles (15%), Henry Ramos Allup (7%) y Henry Falcón (6%).
Pero al mismo tiempo el estudio señala que al ser consultados sobre su autodefinición política, 44% de los consultados se asumieron como opositores, contra un 33% que se autodefinió como oficialista.¿Quiere decir esto que la encuesta es “contradictoria”? No: Lo contradictorio es la realidad: Así como tenemos un gobierno que se las ha arreglado para quebrar al país a pesar de haber tenido un millón de millones de dólares sólo por venta de hidrocarburos, el pueblo venezolano tiene también una dirección política opositora que se las ha arreglado para conseguir algo que también es muy difícil: Perder, a pesar de ser mayoría.
Pero ambos “anti-milagros” forman parte de un forma de entender la relación entre políticos y ciudadanos, entre gobernantes y administrados, entre Estado y Sociedad, que ya es insostenible: En 2018 lo que va a ocurrir NO SERA ni el atornillamiento en el poder de quien salga triunfante en la guerra a cuchillo entre Maduro, Ramírez y Cabello, ni un relevo encarnado en el vencedor de la pugna Ramos-López-Capriles.Los actores quizá sean esos, o algunos de esos, si no surge efectivamente el outsider milagroso, pero el ejercicio político tendrá que ser forzosamente otro: Uno que tenga la valentía de determinar la profundidad y naturaleza de la crisis que enfrentamos, que tenga también la amplitud y la credibilidad necesaria para convocar a todos los talentos para construir en forma plural la salida a esta crisis, que tenga la estatura y el liderazgo necesarios para entender que en tiempos de transición política los gobiernos deben “quemarse” precisamente para que no se incendie el país.
NUEVO JUEGO: REINVENTAR LA POLÍTICA COMO GESTIÓN Y SERVICIO
El futuro no será de quienes ganen el actual “juego de autodestrucción mutua asegurada” que el chavismo impuso como sustituto de la política y que sectores de la oposición terminaron asumiendo como tal, sino de quienes sean capaces de inventar otro juego, uno que no sea “suma cero”, uno que no se defina por la victoria de unos y el aplastamiento de otros, un juego en el que gane Venezuela. ¿Parece difícil? ¡Si!, pero una cosa resulta clara: Sólo una práctica política redefinida en términos de SERVICIO Y GESTIÓN ORIENTADOS AL BIEN COMÚN podrá superar los duros vendavales que nos esperan.
En el pasado quedarán el caudillismo y el militarismo del siglo XIX; Igualmente en el pasado quedarán el paternalismo burocrático que caracterizó la segunda mitad del siglo XX. Redefinir el proyecto nacional venezolano, rescatar la convivencia, producir la optimización masiva y urgente de los servicios públicos mientras se generan los cambios educativos y culturales que harán posible la construcción de una economía abierta y productiva, en la que empresas privadas exitosas ofrezcan empleos de calidad y bien remunerados a venezolanos con la formación necesaria para acceder y ejercer tales oportunidades, todo eso es lo que debe estar en nuestro futuro.
¡Palante!
Texto tomado de El Radar de Los Barrios Blog
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