Ismael Pérez Vigil, Politólogo
17 de agosto de 2018
Desde mi perspectiva, si; pero “depende”,
sería una respuesta más adecuada y ajustada al momento que vivimos, aunque el
clima político está ahora centrado en la luciferina ignominia de lo ocurrido
con el Diputado Juan Requesens, la reflexión sobre el tema político a largo
plazo debe continuar.
Por eso, con respecto a la
necesidad de la unidad, quiero compartir algunas reflexiones, al mejor estilo
de Maquiavelo. La importancia, o no, de la unidad de los factores políticos, dependerá
de cuál sea la vía que se elija para salir de esta oprobiosa dictadura.
Si como algunos piensan, la vía,
es la vía insurreccional hasta que se produzca la renuncia del gobierno o su
derrocamiento por algún grupo militar, o si la vía es un golpe de estado, o la
intervención de una fuerza de ocupación extranjera que deponga a la dictadura,
evidentemente no tiene ninguna importancia la unidad. Bastará con la eficacia
de algún grupo que se plantee esa alternativa y trabaje denodadamente para
lograrla. Obviamente, dado lo peligroso y clandestino de esta tarea, cuantos
menos lo sepan es mejor y por ello la unidad de los factores políticos, no tendría
mucho sentido, más bien sería un estorbo.
El problema o la pregunta para
estas opciones se podrá plantear después de derrocado o depuesto el gobierno
dictatorial: ¿Se transferirá el poder del gobierno a la sociedad civil o a un
grupo civil?, sí es que se va a transferir, porque si no es así, sigue sin
tener importancia el tema de la unidad; pero si se va a transferir, muy
posiblemente mediante elecciones, por ejemplo, si previamente no se inhabilita
o se prohíbe la participación de los grupos que estuvieron involucrados en el
régimen dictatorial, entonces debe volver a plantearse el tema de la unidad
para evitar que el grupo electoral de los que apoyaban el antiguo régimen pueda
imponerse nuevamente por la vía electoral. Como ocurrió en Nicaragua con el
sanguinario régimen de Daniel Ortega.
Pero si la vía para salir de este
oprobio, es organizar y movilizar al pueblo, para que se fuerce una salida
electoral, con la adecuada observación y supervisión internacional, garantías
internacionales, etc., entonces nuevamente tendrá sentido e importancia la
unidad, porque obviamente se trata de derrotar a la dictadura mediante ese
proceso electoral, creando una situación que permita desalojarlo del poder.
Por supuesto, tendrá sentido la
unidad de los que crean en esa vía –con condiciones adecuadas, creadas por la
presión popular, no “graciosamente concedidas por la dictadura– no tendrá
sentido la unidad de los que planteen la vía electoral con los que creen que: “dictadura
no sale con votos”, “tirano no sale con votos”, “torturador no sale con votos”
y consignas similares; tampoco con los que creen en la abstención a ultranza o
los que plantean las elecciones a todo evento, sea en las condiciones que sea;
con estos no tiene sentido perder el tiempo propugnando por la unidad.
Lo importante es como construimos
y blindamos una salida; que condiciones nos vamos a dar nosotros, los
ciudadanos, para salir del régimen; como prepararnos y organizarnos para que
eso pase y quiénes serán los lideres que defenderemos y seguiremos. El objetivo
está claro, la ruta, el camino, para muchos, no; pero del régimen solo
esperamos más violencia, persecución y repartición de miseria.
Ya lo hemos dicho, a lo mejor ha
llegado el momento en que las opciones deban deslindarse, que cada quien siga
su camino, abrir varios frentes y que sea el pueblo el que decida.
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