Han despojado al ciudadano de todo vestigio de seguridad humana Estado y gobierno siglo XXI han convertido a los venezolanos en personas vulneradas .Los derechos humanos les han sido conculcados mancillando su dignidad obligándoles a depender de la solidaridad humanitaria internacional
Por: Hernán Jesús Papaterra
Citas:
“Jamás nos supongamos solos ni débiles, porque hay detrás de nosotros ejércitos poderosos que no concebimos ni en sueños. Si elevamos nuestro espíritu no habrá mal que pueda tocarnos”. Paracelso.
“Haced el bien a cuantos más podáis, y os sucederá frecuentemente hallaros con caras que os infundan alegría”. Alessandro Manzoni
En Venezuela se vive en exposición permanente a riesgos de violencia contra la vida, la integridad corporal y la propiedad donde la persona no se puede defender; agobiada además por circunstancias desfavorables, en las cuales la pobreza, la carencia de educación, las dificultades geográficas, las enfermedades crónicas, la violencia y otras desdichas… las hacen absolutamente incapaces de proteger sus propios intereses. Estado y gobierno siglo XXI han convertido a los venezolanos en personas vulneradas.
Estamos llamados a procurar la aglutinación de fuerzas para materializar la unidad nacional necesaria y suficiente que invoque la indispensable solidaridad internacional que permita superar la situación de vulnerabilidad general de los venezolanos. Solidaridad y cooperación internacional para la plena vigencia de los derechos humanos y el Derecho internacional humanitario, la protección internacional de la cultura, de los bienes culturales y del patrimonio cultural y ambiental, la cultura de paz y la superación de los factores de conflictividad en Venezuela. Los derechos humanos les han sido conculcados mancillando su dignidad obligándoles a depender de la solidaridad humanitaria internacional.
Justificación para esta acción clave la encontramos, por un lado en la Sagrada Biblia - Salmo de Asaf. 73 El destino de los malos-, por otro lado en los diferentes Informes de organismos dependientes del Sistema de Naciones Unidas y el Informe Encovi Ucab 2020.
Quienes por más de vente años accedieron y han detentado el poder gobiernan con saña y maldad -al menos así se perciben sus actos de gobierno- parecen estar descritos en la Sagrada Biblia en el Salmo de Asaf. 73. El destino de los malos-, “4 Porque no tienen congojas por su muerte, Pues su vigor está entero. 5 No pasan trabajos como los otros mortales, Ni son azotados como los demás hombres. 6 Por tanto, la soberbia los corona; Se cubren de vestido de violencia. 7 Los ojos se les saltan de gordura; Logran con creces los antojos del corazón. 8 Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia; Hablan con altanería. 9 Ponen su boca contra el cielo, Y su lengua pasea la tierra”. Actúan con insidia, engañan personas socialmente vulnerables y dañan lo más sagrado de los venezolanos: La Dignidad Humana. Es la prosperidad de los inicuos y las aflicciones de los piadosos en el tiempo presente.
Lo asegura la ONU. Está escrito en el informe presentado por la Red Mundial contra la Crisis Alimentaria y el Programa Mundial de Alimentos. Que en Venezuela más de 9 millones de personas sufrieron en 2919 inseguridad alimentaria grave o hambre extrema. Al punto de que el hambre es uno de los factores que ha llevado a 6,5 millones de venezolanos al éxodo. En Venezuela se sufre hambre. Venezuela, con 9,3 millones de personas es el cuarto país con inseguridad alimentaria aguda necesitada de asistencia urgente. La ONU advierte que, si no se toman medidas, se pueden enfrentar múltiples hambrunas de proporciones bíblicas en unos pocos meses”.
La Encuesta de Condiciones de Vida -Encovi Ucab 2020- especificó que Venezuela es el país más pobre de América Latina debido a la caída exponencial del PIB en los últimos seis años. 96% de los hogares encuestados presenta pobreza de ingreso. 96% de los hogares encuestados presenta pobreza de ingreso, 54% califica en el renglón de pobreza reciente y 41% en pobreza crónica. La pobreza extrema se ubica en 79,3%. El ingreso promedio del venezolano es de 0,72 dólares diarios. “Esto significa que el 79,3% de las personas en Venezuela no tienen cómo cubrir la canasta de alimentos. Entre los hogares más pobres del país, tres de cada siete sufren de inseguridad alimentaria severa y al menos 166.000 niños menores de cinco años entran en la categoría de desnutridos. La destrucción acumulada en la calidad de vida de los últimos cinco años: apenas 3% de los hogares venezolanos no tiene ningún tipo de inseguridad alimentaria, mientras que 74% presenta inseguridad alimentaria moderada y severa. En 1 de cada 4 hogares “concurren la angustia por la falta de alimentos con la disminución de los recursos para cubrir la cantidad y la calidad de la dieta”
Nadie discute ya que el venezolano (y la venezolana), además de los ciudadanos residentes en el país, nacidos en otras naciones, viven y padecen el contexto de la negación de la dignidad humana, la privación de los derechos fundamentales, la estigmatización y la discriminación.
Riesgos de violencia contra la vida, la integridad corporal y la propiedad donde la persona no se puede defender; agobiada además por circunstancias desfavorables, en las cuales la pobreza, la carencia de educación, las dificultades geográficas, las enfermedades crónicas, la violencia y otras desdichas… las hacen absolutamente incapaces de proteger sus propios intereses.
Desde hace poco más de veinte años hemos pasado de ser vulnerables y estar vulnerables a la condición de vulnerados. Social, económica, ambiental, cultural y políticamente vulnerados. Han despojado al ciudadano de todo vestigio de seguridad humana.
De manera casi inconcebible – al optar en 1999 el electorado y sus influencer por una salida militarista autoritaria- se aceptó y adoptó unas condiciones sociales abiertamente destinadas a imponer la violencia contra la vida, la integridad corporal y la propiedad de personas, familias y empresas. Al parecer se sentían en Venezuela 1999 como existencialmente vulnerables. Los más, existencialmente pobres y con hambre.
Compraron el discurso de Naciones Unidas que justificó la implementación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM, 2000-2015) cuyo primer objetivo (de los ocho) era: “Erradicar el Hambre y la Pobreza”. Hicieron añico la seguridad humana de los venezolanos.
Vale recordar que la seguridad humana consiste en proteger, de las amenazas críticas (graves) y omnipresentes (generalizadas), la esencia vital de todas las vidas humanas de forma que se realcen las libertades humanas y la plena realización del ser humano. La seguridad humana integra tres libertades: la libertad del miedo, la libertad de la necesidad (o miseria) y la libertad para vivir con dignidad: Libertad del miedo; Libertad de la necesidad o de la miseria; y Libertad para vivir con dignidad.
Libertad del miedo, implica proteger a las personas de las amenazas directas a su seguridad y a su integridad física, se incluyen las diversas formas de violencia que pueden surgir de Estados externos, de la acción del Estado contra sus ciudadanos y ciudadanas, de las acciones de unos grupos contra otros, y de las acciones de personas contra otras personas. Caso del Biólogo y productor agropecuario Franklin Brito.
Libertad de la necesidad o de la miseria, se refiere a la protección de las personas para que puedan satisfacer sus necesidades básicas, su sustento y los aspectos económicos, sociales y ambientales relacionados con su vida. Situación de las Personas Adultos Mayores, Jubilados y Pensionados.
Libertad para vivir con dignidad, se refiere a la protección y al empoderamiento de las personas para librarse de la violencia, la discriminación y la exclusión. En este contexto, la seguridad humana va más allá de la ausencia de violencia y reconoce la existencia de otras amenazas a los seres humanos, que pueden afectar su sobrevivencia (abusos físicos, violencia, persecución o muerte), sus medios de vida (desempleo, inseguridad alimentaria, amenazas a la salud, etc.) o su dignidad (violación a los derechos humanos, inequidad, exclusión, discriminación). Humillaciones a Profesores Universitarios y Profesionales de la Medicina.
En Venezuela imperan hoy condiciones humanas de negación sistemática de la dignidad humana que rayan en la inmoralidad.
Diferentes grupos sociales del país, según sean sus condiciones socioeconómicas de origen, su oficio o profesión, raza o cultura, capacidad de resiliencia, experimentan distintas circunstancias de vulnerabilidad humana: 1) Vulnerabilidad existencial o intrínseca (sentida y percibida, una condición común a todos los seres humanos); 2) Vulnerabilidad social (atribuida, circunstancial, específica, relacionada con la pobreza, la violencia, el desempleo, entre otros aspectos); y 3) Vulnerabilidad moral (fundada en la negación de la dignidad humana, la privación de los derechos, la estigmatización y la discriminación).
La palabra vulnerable se utiliza como adjetivo para hacer referencia a una persona o cosa que puede ser dañado o recibir lesiones, bien sea físicas o morales. La palabra vulnerable es de origen latín “vulnerabilis”, una palabra formada por “vulnus” que significa “herida” y el sufijo “-abilis” que expresa “posibilidad”, por lo tanto, es la posibilidad de ser herido.
Asimismo, un individuo vulnerable es aquel que presenta condiciones sociales, culturales, políticas, económicas, educacional ínfimas, diferentes de otras personas ya que –por caso- una persona sin estudios se encuentra en una situación de vulnerabilidad siendo que le será difícil desenvolverse en el mercado laboral y poder obtener un puesto de trabajo que le permita satisfacer sus necesidades, lo que trae como resultado una desigualdad en la sociedad.
La ayuda o solidaridad humanitaria es un área que se identifica como la asistencia proyectada para salvar vidas, mitigar el dolor y sustentar y preservar la dignidad de las personas, en prevención o condiciones de emergencia y/o recuperación. Se invoca y reclama cuando un alto porcentaje de la población de un país sufre el proceso de padecer el paso de ser vulnerable, sentirse vulnerable y sobrevivir vulnerado. Circunstancias que desde todo punto de vista son incompatibles tanto con la Ética como con la Moral. Más si ellas son producto de un modelo ideológico de gobierno, o del afán de un colectivo de aferrarse a como dé lugar al poder para usufructuar las recursos y/o riquezas de un país a expensa de la pobreza y el hambre de sus ciudadanos.
Esta afirmación “Estado y gobierno siglo XXI han convertido a los venezolanos en personas vulneradas” tiene origen en el Salmo de Asaf. 73, El destino de los malos, del cual se interpreta que el alma busca y razona en lo que ve; es decir, una maldad que triunfa y una justicia que sufre. El alma busca y razona en lo que encuentra. El hombre, el ciudadano, ante tanto absurdo y fracaso criminal se interroga queriendo no incurrir en pecado original: « ¿Ha olvidado Dios su misericordia?» Ciertamente es bueno Dios para con Israel, para con los limpios de corazón. 3 Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de los impíos.
El Salmo setenta y tres es un testimonio notable de la lucha mental que un judío eminente y piadoso sufrió al contemplar las condiciones respectivas de los justos y de los malvados. Cuenta que el peor sobresalto para su fe fue el contrastar la prosperidad de los inicuos, que, aunque con orgullo, menospreciaban a Dios y al hombre, prosperaban en el mundo e incrementaban sus riquezas con sus esfuerzos, en tanto que el que había purificado su corazón y lavado sus manos en la inocencia se veía «plagado todo el día y disciplinado cada mañana». Thomas Thomason Perowne en La coherencia esencial de los dos Testamentos.
Fuente: ¿Qué es la Agenda 2030? La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es un plan de acción que nace del compromiso de los Estados miembro de las Naciones Unidas, cuyo objetivo principal es velar por la protección de las personas, el planeta y la prosperidad.
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