Por José Rafael Hernández
Jason vive en un barrio
de Caracas. No hay luz a cada rato. Tiene gas cada 3 meses. Sin agua desde hace
dos meses. Ha cambiado de dieta varias veces. Ahora come arroz o pasta. A veces
con Caraotas, o sólo.
Trata de no enfermarse.
Antes tenía recursos para comprar medicinas hoy son los remedios de la abuela:
te, hierbas, hojas, pedazos de algunas matas, cosas que se guardan en frasco y
se ponen al sereno o durante varios días alumbrando a la luna.
A Jason ahora le siguen pidiendo que se abstenga.
Siempre ha sido militante
de los llamados. Pero ya no resiste más. Él ha marchado, muchas veces estuvo en
la Autopista del Este, se ha sentado, ha caceroleado.
Pero sus líderes nunca
han hecho autocríticas. Nunca cambiaron el discurso. No quiere seguir haciendo
lo de siempre porque nunca dio resultados.
Jason tiene otras opciones y va a votar en diciembre.
Un viejo militante. Uno
que ha estado para todas las convocatorias, ahora se ha convertido en un
traidor, alacrán, vendido, comprado.
Esos que nunca hicieron
autocriticas ni cambiaron su estrategia, lo llaman ahora como si no lo
conocieran.
Sencillamente él cambió
de visión de lo que se debe hacer. No es que quiera al gobierno. No es que se
enamoró de algunos líderes (algunos de los cuáles él también repudia) que
llaman a votar. El entendió que tenemos que cambiar. No podemos seguir
esperando que otras fuerzas de otros países nos manden tropas invasoras nos
salven.
Él entendió que tenemos que cambiar.
No podemos seguir
esperando que otros países nos resuelvan un asunto que lo resolveremos aquí.
Nosotros y nuestra persistencia son los únicos aliados que tenemos.
Para sacar a un hombre
que tiene menos apoyo que nunca en los barrios y urbanizaciones.
Mucha gente, en todo el
país, está haciendo el mismo razonamiento.
Hablamos desde el estómago, desde las condiciones concretas
de nuestra vida. Hablamos desde un reclamo claro a los dirigentes que hasta
ahora nos condujeron y que nunca han procurado cambiar de visión para continuar
avanzando.
Jason no está ahora
cambiando de bando en esta lucha que lleva muchos años. Está diciendo que se
tiene que cambiar la estrategia y que los que decidieron continuar en su
obstinada estratega de no hacer nada, seguirán siendo compañeros, pero con una
visión distinta a participar, votar, defender los votos, y continuar con
una estrategia que nos permita –de nuevo- a organizarnos y mejorar las
posibilidades de cambiar esta situación. Sin luz, sin gas, sin agua, sin
dietas adecuadas, sin poder enfermarse y sin futuro.
Jason seguirá siendo de oposición. Lo que no será es
abstencionista.
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