Por Oscar Bastidas Delgado
Sin dudas, el
emprendimiento asociativo debe abrir espacios a la constitución de nuevas OES y
otras empresas que coadyuven a combatir las secuelas de la sindemia señalada,
apuntando principalmente a la superación de la pobreza mediante la creación de
empleos con el trabajo decente como eje ductor, y a la producción de alimentos
ante la grave crisis presente pero que se prevé peor en un futuro inmediato.
Pero hay otro escenario a considerar, el emprender ante empresas que de
desaparecer generarían desempleo o empresas que ya cerraron sus puertas, lo que
obliga a considerar dos opciones: 1.- evitar que cierren; y 2.- reflotar las
cerradas.
Una interrogante se
impone ¿por qué esperar a que las organizaciones cierren y no buscar salidas a
tiempo? ¿Es que los trabajadores y sus gremios son incapaces de visualizar con
suficiente antelación el posible cierre de aquellas en las que laboran o de las
que son copropietarios como las cooperativas?, de existir esa incapacidad el
reto es superarla.
Ante la opción de
salvar, varias modalidades pueden aplicarse: 1.- relanzar la empresa mediante
esfuerzos y acuerdos con participación activa de sus actores, posiblemente
amerite desde rebajar los ingresos laborales y aumentar las horas de trabajo,
pasando por aumentar la productividad, todo ello con aperturas de compuertas a
la participación de los trabajadores en diversos ámbitos marchando en una
suerte de cogestión parcial y hasta total, que pudiese incluir la participación
accionaria de los trabajadores solo o con sus gremios. Un ejemplo interesante
conocido por el autor sucedió en la empresa venezolana Tornillos de Venezuela
C. A. (Torvenca).
Otra vía pudiese ser la
de cambiar la forma jurídica de la organización a otra como la de cooperativa,
que democratice el capital y el funcionamiento interno de ella con dinámicas
participativas incluyentes de propietarios, directivos, coordinadores y
trabajadores, incluyendo modalidades que faciliten la transición generacional
como garantía de supervivencia.
Varios casos ilustran
esa vía: 1.- las canadienses Cooperativas de Trabajadores Accionistas que se
financian mediante organismos de desarrollo para adquirir acciones de las
empresas en la que sus asociados laboran, invertir en ellas adquiriendo
acciones, fortalecerlas financieramente, salvarlas de quebrar y así conservar
sus empleos; 2. – las españolas Sociedades Anónimas Laborales (SAL) que
funcionan con una lógica parecida a las de las Cooperativas de Trabajo Asociado
(CTA) pero con aportes variables de capital siempre que un miembro no posea un
porcentaje tal que con solo r su mano pueda decidir.
Siguen: 3.- las scops
europeas que han permitido a miles de jóvenes asumir roles empresariales ante
el retiro de los antiguos propietarios sobre principios cooperativos y basando
su funcionamiento en tres pilares: trabajadores-accionistas, democracia
empresarial (los accionistas externo no pueden superar el 35% de los votos a
prorrata del aportes), y participación en los resultados o retorno cooperativo;
y 4.- los estadounidenses Planes de Participación de los Empleados en el
Capital (Employee Stock Ownership Plans (ESOP) con claras ventajas
impositivas y formación de generaciones de relevo.
La amplia mayoría de
los caso de empresas salvadas por sus trabajadores sin acuerdos con sus
propietarios se inician como control obrero y con ciertas y lógicas
deficiencias:
1.- sus actores
desconocen qué es la Identidad Cooperativa, particularmente la modalidad del
trabajo asociado.
2.- ello, gracias a la
alienante división tradicional o taylorista del trabajo, carecen de una visión
integral de la organización en la que laboran, no siéndoles fácil reconstruir y
más difícil aún, direccionar su cadena de valor y sus procesos.
3.- ruptura de las
redes de relaciones y confianza con proveedores y clientes hasta entonces en
manos del cuerpo coordinador o gerencial, todas difíciles de reconstruir por
los trabajadores alienados por la división mencionada.
Se agrega otra. 4.- la
posible ausencia de real participación. Una cooperativa genuina debe tener la
participación como eje transversal en todas sus instancias pero, cuando estas
son constituidas por sindicatos, por militares como en Venezuela, por
exguerrilleros como en Colombia, o simplemente por amantes del sistema
jerárquico propio del modelo burocrático, se tiende a replicar jerarquías y a
imponer la dicotomía dirigente – dirigidos en las “cooperativas”. Toda
cooperativa con nula participación entra en el rango de las falsas.
Fuentes
Bastidas – Delgado,
Oscar (2019). La integración Cooperativa. Un oleaje Mundial. Publicado
en Amazon: https://www.amazon.es/INTEGRACIÓN-COOPERATIVA-OLEAJE-MUNDIAL-ebook/dp/B07X5NXN8W
Bastidas – Delgado,
Oscar (2017). Emprendimiento, Constitución y Gestión de
Cooperativas. Publicado en Amazon. https://www.amazon.es/EMPRENDIMIENTO-CONSTITUCIÓN-Y-GESTIÓN-COOPERATIVAS-ebook/dp/B071CVPWDR
https://www.linkedin.com/in/oscarbastidasdelgado
oscarbastidasdelgado@gmail.com
Oscar Bastidas es
cooperativista, consultor y facilitador en Emprendimiento Asociativo y
Microempresas.
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