Cómo era de esperarse, las lluvias comenzaron a arreciar en el mes de septiembre en la ciudad capital. De la misma manera, comenzaron las fallas en vías principales y secundarias, pero de una manera casi catastrófica por los reportes que hemos podido observar recientemente. De toda Caracas nos llegan a diario decenas de reportes sobre las fallas, huecos, derrumbes y socavamientos que llegan a impedir el flujo vehicular parcialmente y hasta en su totalidad.
Lo más lógico es que hubiera
un ente centralizado de la ciudad que pudiera atender estas emergencias, con la
colaboración de los niveles de gobierno antes mencionados. Para eso se debe
rescatar un nivel de gobierno como lo fue la Alcaldía Metropolitana (o Mayor)
eliminada de manera inconsulta y arbitraria solo por razones políticas. No
podemos seguir aceptando el caos que existe en la actualidad.
Estamos claros que esta situación se repite a lo largo y ancho del país (lo podemos constatar en el Estado Anzoátegui por los 78 reportes que nos llegaron durante el mes de septiembre, y por las noticias que se generan en toda Venezuela), pero Caracas y sus 5 municipios, por el hecho de ser la capital y la sede del Gobierno Nacional, no merece parecerse a una panorámica de la luna, llena de cráteres por todos lados, tal como se evidencia en los 314 reportes sobre temas de vialidad recibidos ese mismo mes.
Al momento de hacer este escrito
(sábado 1ro de octubre en la noche) cae un intenso aguacero sobre Caracas. Seguramente
las consecuencias en las vías se harán evidentes dentro de algunas horas.
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