Por David Esteller
El 3O de abril hubo un
movimiento de personas civiles y militares cerca de la plaza Altamira y en el
distribuidor de La Carlota, en Caracas, pidiendo la salida del usurpador de la
Presidencia de la República, señor Nicolás Maduro, y en apoyo al Presidente
Interino, Ing. Juan Guaidó. Usurpador Maduro, porque fue irregularmente electo
en unos comicios fuera de tiempo, no permitiendo la participación de los
principales partidos de oposición e inhabilitando, por una medida
administrativa, con escaso , por no decir ningún valor legal, a los principales
candidatos de la oposición y dando poquísimos días de plazo para que se
organizara el correspondiente proceso de elecciones, con un Consejo Nacional
Electoral, cuyos miembros tenían sus períodos vencidos, y de cinco, cuatro eran
representantes del partido del gobierno o, simplemente, puestos por el
gobierno.
Proceso electoral que partió
de una orden emanada de la denominada Asamblea Nacional Constituyente,
organismo convocado sin la anuencia constitucional del pueblo venezolano, lo
que hace absolutamente nulas todas las medidas y órdenes que ella decida
Además, antes violaron la
Constitución, leyes y reglamentos para obstaculizar e impedir el referendo
revocatorio que se había solicitado contra Maduro, cuando éste estaba a mitad
de su período, y también imponiendo, contra la voluntad del pueblo, el programa
socialista dejado por Chávez.
La Asamblea Nacional es el
único poder público nacional legítimo por haber sido electo directa y
libremente por el pueblo, a diferencia de los otros actuales poderes del
Estado, electos irregularmente. Con fundamento en los Artículos 333 y 350
de nuestra Constitución Nacional vigente, ante la usurpación consumada por
Nicolás Maduro, el 1O de enero de este año, y ante el desastre del
gobierno, que ha sumido al país en hambre, miseria, muerte y desasosiego, designó
al diputado Juan Guaidó, Presidente Interino, a fin de llevarnos a unas nuevas
elecciones libres e imparciales, con un nuevo Consejo Nacional Electoral.
Diputados, civiles y
militares presentes en la manifestación del 3O de abril, no asaltaron la comandancia
de La Carlota, ni a otra institución militar. Pidieron la salida de Maduro de
la Presidencia, por ser un usurpador y llamaron a las fuerzas militares a
ponerse del lado de la Constitución, que representa el Presidente
Interino. Fueron los colectivos de Maduro, ilegales y terroristas, quienes
aparecieron encolerizados disparando a diestra y siniestra.
No puede señalarse esa
manifestación como golpe de estado, pues altos militares se la pasan
manifestando su apoyo al usurpador Maduro y manifestando que son socialistas, y
nadie los ha acusado de golpistas, nadie les ha dicho que sean traidores a la
Patria y violadores de la Constitución. La lealtad es con la Patria, no con
Maduro
17-05-19
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