19/05/2019
Aunque no lo crean, amigos, ayer Caracas rescató su
concepto urbano y les brindó a sus habitantes una noche de luces en Colinas de
Bello Monte, donde los conciertos, obras de teatro callejero, fulías de la Cruz
de Mayo, conversatorios, tour de arquitectura y de los negocios y el mejor
concierto de rock hecho en Venezuela nos hizo recordar a nuestra querida
Caracas de los 70s -donde disfrutábamos cada fin de semanas con múltiples
actividades- realizada por el grupo Ciudad Laboratorio, La cual comenzó a las 4:30 de la tarde y se prolongó mas allá de las
10 de la noche.
En efecto al llegar a Colinas de Bello Monte, la
Plaza Oberón nos arropó con la instalación del “Santo Manto para la Curación
Multidimensional,” en cual divisamos a la querida Yoyiana Ahumada Licea,
interpretando a la virgen de rostro dulce y preocupado, vistiendo su túnica
romana con una cesta en mano, luciendo mas bella que nunca en su bíblico papel.
Luego iniciamos un recorrido a cargo de Luis Ramírez y Rodrigo Capriles por la
arquitectura y los negocios antiguos de Bello Monte, cuyos edificios reflejan
el estilo de los inmigrantes italianos y españoles que vinieron a Venezuela
durante la segunda guerra, con sus balcones y ventanas tan comunes en esa época.
De allí nos acercamos hasta la Librería de María
Esther Nahmens la hermana de Faitha, donde los cuentacuentos maravillaron a
adultos y niños con sus relatos divertido y ocurrentes. Seguimos el recorrido
hasta el mesón Gallego donde Mibelis Acevedo, Susana Rafalli, Colette Capriles
y Alba Pérez sostuvieron un conversatorio- Tertulia sobre distintos tópicos del
momento; nunca un local fue mas conveniente para una polarcita.
Un poco mas adelante, corrimos a escuchar a Zaira
Castro, quien luciendo unas alas de ángel, deleitó a los presentes desde la
Terraza del Edificio Cacique con sus cantos líricos italianos entonando
canciones de Andreas Bocelli y Pavarotti con su “Oh Sole Mio” y otras hermosas
canciones en homenaje a muchos de los inmigrantes que hicieron de Bello Monte
su lugar para vivir. A pocos metros, en el pórtico del Edificio Excélsior, disfrutamos
de los rezos a la Cruz de Mayo, donde el grupo de la Fundación Bigot nos
cautivó con sus Fulias, el equivalente al blue americano, pero con sabor
negroide de nuestros tambores que tanto amamos.
Luego nos acercamos al que fue nuestro destino final
entre tantas actividades a desarrollar que nos alcanzamos a verlas todas: un
increíble concierto de rock en el restaurant El Farolito de los Uruguayos,
ubicado en la Calle Caurimare, donde la banda integrada por Bella Da costa con
su potente voz y Álvaro Falcón en la Guitarra,
hicieron de la noche el sueño de una noche de verano al mejor estilo
Californiano o Europeo entonando canciones como “Get Ready,” “Honkytonk Woman,” y “I Love you more than You
ever Know” tan conocidas en los 70s. Allí vimos al embajador de Italia.
Hacia falta una noche normal en estos tiempos
convulsos. La gente quiere comenzar a recuperar los espacios tomados por la
delincuencia como una manera de resistir
desde la cultura, rescatando no solo lo urbano, enfrentando el problema de la
inseguridad sin esconderse o protegerse con rejas que no evitan que seamos
presa de ella, y lo mas importante: enviándoles un potente mensaje de “Aquí
estamos quienes soñamos con la nueva Venezuela.”
Fue una noche increíble. Urge repetir la experiencia
en toda Venezuela para mostrar la Venezuela
por venir, aquella que tendremos cuando se reactive el comercio y rescatemos
nuestra calidad de vida.
Amen.
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