CON LA
IGLESIA HEMOS TOPADO.
Por: Dr. Walter Gerónimo
Boza.
@WGBM44
La frase que titula este artículo, es una de las más famosas del
ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, obra máxima de Cervantes y por
muchos catalogada como la obra literaria más importante del idioma español.
La frase en cuestión fué dicha por Don Quijote dirigida a Sancho
cuándo ambos buscaban el hogar de Dulcinea del Toboso, el amor del Quijote, en
una época en donde el poder de la iglesia era inmenso y al mismo tiempo de
persecuciones y castigos extremos por motivos religiosos. Son muchas las
interpretaciones que le han dado a esa frase, incluso muchos señalan que la
frase originales "con la iglesia hemos dado" para evitar la idea de
que era una confrontación con la iglesia; lo cierto es que la frase se
popularizó y el significado que le han dado es que la iglesia es un poder y que
hay que tener cuidado con ella.
Si bien es cierto que los aportes de la iglesia para el
desarrollo de la humanidad son innegables, también es cierto que en su nombre
se han cometido tropelías e injusticias terribles.
El comunicado de la Conferencia Episcopal Venezolana, ha sido
altamente polémico y se le han dado también diversas interpretaciones, la de un
sector radical extremo que señala que la iglesia se entregó a la dictadura
hasta otro sector que justifica totalmente su contenido, pasando por aquellos
que valoran el documento pero rechazan la propuesta de la CEV de ir a votar
masivamente; lo cierto es que ha despertado un gran debate nacional y eso no
deja de ser positivo.
El documento es equivoco, distinto a la posición tradicional de
la iglesia venezolana de los últimos años en donde inequívocamente expresaba su
posición opositora y a su vez enviaba un mensaje de esperanza y lucha.
En estos momentos donde el centro del debate político es el de
las elecciones parlamentarias y con excepción de sectores denominados los
alacranes y la mesita y uno que otro ingenuo de buena fé y también unos cuantos
oportunistas, la inmensa mayoría de los venezolanos, 27 partidos políticos, innumerables
agrupaciones de la sociedad civil han expresado su firme rechazo a esa farsa
electoral, además de la comunidad internacional que no reconoce esa burla al
pueblo venezolano y que propone ante la gravedad de la crisis, un gobierno de
emergencia nacional para iniciar el complejo proceso de reconstrucción nacional
y de democratización plena.
El documento de la CEV cayó como un balde de agua fría, dos días
después que 60 países denunciaban esas elecciones cómo una farsa y que no serían
reconocidas, la jerarquía eclesiástica venezolana manda a votar masivamente ,
argumentando además que eso aliviaría la crisis política del país, cuándo es
demasiado evidente que la agravaría.
La lucha por condiciones electorales TODAS, no puede ser vista como
un regalo del régimen, ni cómo una concesión graciosa de la dictadura, o son
las condiciones plenas o sencillamente no son elecciones, sino un proceso
fraudulento y oscuro desde sus inicios.
La lucha por las condiciones electorales no significa pasividad
sino todo lo contrario es la lucha para desenmascarar a la dictadura y por
conquistar la democracia.
El pueblo está despertando venciendo al miedo y al
hambre, se registran todos los días expresiones de rechazo y protesta por todas
las calamidades y carencias que sufre, porque no hay agua, no hay luz, no hay
gas, no hay gasolina y no hay libertad.
La CEV también señala con razón que al sector opositor le falta
dirección política coherente.
La redacción final del documento no expresa el
sentimiento de la feligresía, ni de la totalidad del clero venezolano, voces
cómo las del padre Ugalde y Monseñor Ovidio Pérez Morales y tantos otros, son
una clara expresión de lo que afirmamos.
Que estarán pensando o sintiendo los más de cinco millones de
venezolanos que se han ido del país, los centenares de presos políticos civiles
y militares que llenan las cárceles venezolanas, los familiares de los
desaparecidos y asesinados en ejecuciones extrajudiciales, los que han perdido
a sus seres queridos, los que no tienen escuelas, los que no tienen salud, los
que se mueren por hambre; seguramente todos hubieran querido una redacción más
clara, más de lucha, más cristiana.
La iglesia debe orientar a su feligresía y a la ciudadanía en
general en preceptos de orden espiritual y moral, llamar las cosas por su
nombre, contribuir al avance de las fuerzas que luchan por recuperar la
dignidad y la moral en este país bendito.
Votar en estas condiciones es inmoral y además es un pecado.
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