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domingo, 5 de diciembre de 2021

Coronavirus, economía social y emprendimiento asociativo (III) por @oscarbastidas25

Por Oscar Bastidas Delgado


Sin dudas, el emprendimiento asociativo debe abrir espacios a la constitución de nuevas OES y otras empresas que coadyuven a combatir las secuelas de la sindemia señalada, apuntando principalmente a la superación de la pobreza mediante la creación de empleos con el trabajo decente como eje ductor, y a la producción de alimentos ante la grave crisis presente pero que se prevé peor en un futuro inmediato. Pero hay otro escenario a considerar, el emprender ante empresas que de desaparecer generarían desempleo o empresas que ya cerraron sus puertas, lo que obliga a considerar dos opciones: 1.- evitar que cierren; y 2.- reflotar las cerradas.

Una interrogante se impone ¿por qué esperar a que las organizaciones cierren y no buscar salidas a tiempo? ¿Es que los trabajadores y sus gremios son incapaces de visualizar con suficiente antelación el posible cierre de aquellas en las que laboran o de las que son copropietarios como las cooperativas?, de existir esa incapacidad el reto es superarla.

Ante la opción de salvar, varias modalidades pueden aplicarse: 1.- relanzar la empresa mediante esfuerzos y acuerdos con participación activa de sus actores, posiblemente amerite desde rebajar los ingresos laborales y aumentar las horas de trabajo, pasando por aumentar la productividad, todo ello con aperturas de compuertas a la participación de los trabajadores en diversos ámbitos marchando en una suerte de cogestión parcial y hasta total, que pudiese incluir la participación accionaria de los trabajadores solo o con sus gremios. Un ejemplo interesante conocido por el autor sucedió en la empresa venezolana Tornillos de Venezuela C. A. (Torvenca).

Otra vía pudiese ser la de cambiar la forma jurídica de la organización a otra como la de cooperativa, que democratice el capital y el funcionamiento interno de ella con dinámicas participativas incluyentes de propietarios, directivos, coordinadores y trabajadores, incluyendo modalidades que faciliten la transición generacional como garantía de supervivencia.

Varios casos ilustran esa vía: 1.- las canadienses Cooperativas de Trabajadores Accionistas que se financian mediante organismos de desarrollo para adquirir acciones de las empresas en la que sus asociados laboran, invertir en ellas adquiriendo acciones, fortalecerlas financieramente, salvarlas de quebrar y así conservar sus empleos; 2. – las españolas Sociedades Anónimas Laborales (SAL) que funcionan con una lógica parecida a las de las Cooperativas de Trabajo Asociado (CTA) pero con aportes variables de capital siempre que un miembro no posea un porcentaje tal que con solo r su mano pueda decidir.

Siguen: 3.- las scops europeas que han permitido a miles de jóvenes asumir roles empresariales ante el retiro de los antiguos propietarios sobre principios cooperativos y basando su funcionamiento en tres pilares: trabajadores-accionistas, democracia empresarial (los accionistas externo no pueden superar el 35% de los votos a prorrata del aportes), y participación en los resultados o retorno cooperativo; y 4.- los estadounidenses Planes de Participación de los Empleados en el Capital (Employee Stock Ownership Plans (ESOP) con claras ventajas impositivas y formación de generaciones de relevo.

La amplia mayoría de los caso de empresas salvadas por sus trabajadores sin acuerdos con sus propietarios se inician como control obrero y con ciertas y lógicas deficiencias:

1.- sus actores desconocen qué es la Identidad Cooperativa, particularmente la modalidad del trabajo asociado.

2.- ello, gracias a la alienante división tradicional o taylorista del trabajo, carecen de una visión integral de la organización en la que laboran, no siéndoles fácil reconstruir y más difícil aún, direccionar su cadena de valor y sus procesos.

3.- ruptura de las redes de relaciones y confianza con proveedores y clientes hasta entonces en manos del cuerpo coordinador o gerencial, todas difíciles de reconstruir por los trabajadores alienados por la división mencionada.

Se agrega otra. 4.- la posible ausencia de real participación. Una cooperativa genuina debe tener la participación como eje transversal en todas sus instancias pero, cuando estas son constituidas por sindicatos, por militares como en Venezuela, por exguerrilleros como en Colombia, o simplemente por amantes del sistema jerárquico propio del modelo burocrático, se tiende a replicar jerarquías y a imponer la dicotomía dirigente – dirigidos en las “cooperativas”. Toda cooperativa con nula participación entra en el rango de las falsas.

 

Fuentes

Bastidas – Delgado, Oscar (2019). La integración Cooperativa. Un oleaje Mundial. Publicado en Amazon: https://www.amazon.es/INTEGRACIÓN-COOPERATIVA-OLEAJE-MUNDIAL-ebook/dp/B07X5NXN8W

Bastidas – Delgado, Oscar (2017). Emprendimiento, Constitución y Gestión de Cooperativas. Publicado en Amazon. https://www.amazon.es/EMPRENDIMIENTO-CONSTITUCIÓN-Y-GESTIÓN-COOPERATIVAS-ebook/dp/B071CVPWDR

 

https://www.linkedin.com/in/oscarbastidasdelgado

oscarbastidasdelgado@gmail.com

Oscar Bastidas es cooperativista, consultor y facilitador en Emprendimiento Asociativo y Microempresas.















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