R2P y Derechos Humanos
Por:
Ismael Pérez Vigil.
Politólogo
Los
temas politicos se amontonan, se agolpan y sobreponen: Los informes sobre
derechos humanos, la “misión” enviada por Josep Borrell a Venezuela para hablar
sobre elecciones, el retiro de los candidatos de Capriles, la amenaza de
promulgación de una ley totalitaria antibloqueo, las protestas y disturbios
populares… por solo mencionar algunos; pero como siempre hay que escoger, creo
que lo relativo a las reacciones ante los informes sobre la violación de
derechos humanos en Venezuela es el más apropiado.
En
efecto, el mes de septiembre fue muy movido y muy intenso en materia noticiosa
sobre Venezuela, particularmente en materia de derechos humanos (DDHH).
Como
bien sabemos, por el despliegue noticioso internacional y nacional, el 16 de
septiembre se dio a conocer el Informe, detallado, de la Misión Internacional
Independiente de determinación de los hechos sobre la violación de los DDHH en
Venezuela –ese no es el nombre exacto, pero para tener claro de que se trata–;
y el viernes 25, se conoció en Ginebra el Informe Oral, presentado por la Alta
Comisionada de DDHH de la ONU, Michelle Bachelet, sobre el mismo tema.
Esos
informes se vienen a sumar a otros: los anteriores de Michelle Bachellet, el
Informe de la Secretaría General de la OEA y el Panel de Expertos de 2018 –que
ha tenido menos difusión que estos de septiembre de 2020– y algunos otros, que
acompañan diversas demandas que descansan en la Corte Penal Internacional, que
no ha tenido mayor actividad, pero que tampoco ha estado inactiva y en
cualquier momento –por ejemplo cuando se produzca en pocas semanas el cambio de
la Fiscal de la Corte, la inefable Fatou Bensouda– puede haber movimientos
importantes, sobre todo porque algunos de sus organos de investigación
preliminar han estado documentando y recogiendo los casos sobre Venezuela.
Para
muchos la presentación y divulgación de estos informes de septiembre son signos
esperanzadores, otros son mas escépticos; pero, al menos se puede decir que la
situación de la violación de los derechos humanos en Venezuela ya es mucho más
conocida mundialmente, y lo más importantes es que ha sido revelada por
expertos independientes, ya no es solo lo que dice la oposición venezolana.
Ademas
de la cruda descripción de los hechos –de lo detallado y minucioso de los casos
que examinó y reporta, de la desripción de la sistemática represión, del horror
que produce tan solo pensar en los daños causados a las víctimas y la
indignación que produce saber que se trata de patrones de conducta–, es
significativo destacar del informe de la Misión Internacional Independiente,
que califica la actuación del regimen Venezolano de crimenes de lesa humanidad
y responsabiliza de los mismos y de su planificación, a altas autoridades del
gobierno de Nicolás Maduro y al propio Nicolás Maduro.
Por
supuesto ha habido reacciones a dichos informes; el régimen ha tratado de
desprestigiarlos, de desconocerlos, con sus
voceros “calificados”, como el Ministro de Relaciones Exteriores y el
ilegitimo Fiscal General, nombrado por el TSJ; incluso por declaraciones del
propio Nicolás Maduro y por políticos supuestamente opositores –de la llamada
“mesita”– y representantes de los paises aliados y complices del régimen, que
han calificado de “sesgados”, esos informes. El propio gobierno usurpador ha
emitido un documento de cientos de páginas para decir “su verdad”, donde
presenta fotos de algunos detenidos como si estuvieran recluidos en un lujoso
Spa; curiosamente sin embargo, no son muy enfáticos en negar los hechos, sino
mas bien en exculpar o apartar a Nicolás Maduro de ellos, o afirmar su
desconocimiento de lo ocurrido.
Pero
la reacción más significativa y positiva fue el discurso del Presidente Juan
Guaidó, en el contexto de la Asamblea General de la ONU; un discurso
importante, impactante, y que entre sus elementos más significativos destaca lo
que ha muchos ha parecido una invocación al Principio de Responsabilidad de
Proteger (R2P) de la ONU. Las preguntas que surgen tras los informes y el
discurso de Juan Guaidó son: ¿Qué sigue ahora? ¿Qué efecto práctico pueden
tener esos informes para resolver la crisis humanitaria, política, en
Venezuela? ¿Fue realmente esa la intención del presidente Guaidó, invocar el
R2P? Y si es así, ¿Podemos esperar que tenga alguna finalidad práctica la
invocación de ese principio, R2P? y la pregunta más importante de todas, que la
copio del título de un artículo de Adolfo Salgueiro del 26 de septiembre:
“¿Quién nos va a proteger?
(https://www.elnacional.com/opinion/r2p-quien-nos-va-a-proteger/)
En
opinión de muchos expertos la aplicación del llamado Principio de la
Responsabilidad de Proteger –el famoso (R2P)– que en la práctica implicaría una
ayuda humanitaria apoyada por los cascos azules, es un instrumento novedoso,
poco o nada utilizado por la ONU y que solo se activa por mandato del Consejo
de Seguridad y en esa instancia, no lo olvidemos, tienen capacidad de veto dos
importantes aliados del régimen: Rusia y China. Aunque algunos voceros opinan
que esto no es así, que al haber sido solicitado por el Presidente Encargado,
al que reconocen unos 60 países, no necesita pasar por la aprobación del
Consejo de Seguridad. En cualquier caso, de resolverse esa primera dificultad,
nos queda responder a la pregunta de Salgueiro: ¿Quién nos va a proteger?, pues
hasta el momento los países que han anunciado su respaldo al gobierno interino
de Venezuela y al presidente Juan Guaido, han declarado no estar dispuestos a
conformar ninguna fuerza para intervenir en Venezuela.
De
manera que las preguntas formuladas no son de facil respuesta y encierran un
peligro latente de generar falsas expectativas.
Hay
muchos que se escudan en la pureza de principios abstractos, en la lógica de
los argumentos, en la interpretación lineal de la constitución y las leyes, en
argumentos jurídicos prístinos y supuestamente contundentes. No se detienen a
pensar que todos esos principios a los que aluden y argumentan, con
conocimiento y razon, funcionan en el mundo del derecho abstracto, en un estado
de derecho, constitucional, pero en Venezuela no vivimos en un estado de
derecho y la constitución es solo un librito azul que sirve para blandirlo por
TV y enseñarlo a los periodistas y corresponsales internacionales en las ruedas
de prensa. Todos esos principios son para un mundo ideal, pero no para el mundo
real; no darse cuenta de eso, ignorarlo, puede obnubilar y anular la necesaria
acción de política eficaz que, en estos momentos, como nunca, debe ser con
cabeza fria. A menos que se trate de simple demagogia, lo cual sería muy grave.
No
basta con el saldo positivo mencionado más arriba, que la situación de
Venezuela y los crimenes calificados como de lesa humanidad cometidos por el
regimen esten debidamente documentados, recogidos y señalados por una fuente
independiente y que no son meras denuncias de la oposición. Corresponde una
tarea política doble, dar a conocer más esos informes en la población
venezolana, que se filtre por todos los intersticios de la sociedad; y lo más
importante, que nuestras organizaciones políticas –partidos y de la sociedad
civil– se incorporen a la tarea de organizar al pueblo que sufre esta
situación, para resistir y combatir estas violaciones.
https://ismaelperezvigil.wordpress.com/
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