MOVIMIENTOS VECINALES Y DEMOCRACIA EN VENEZUELA
Por: Marianela Escalona Montesinos.
Ponente: Miguel González Marregot. Autor. Profesor de la UCAB.
Coordinador Municipal del Instituto de Estudios Parlamentarios "Fermín Toro" (IEPFT). Activista Social.
Los Movimientos Sociales son una categoría de análisis originada en Europa hace muchos años que ha creado espacios en el abordaje político contemporáneo por los cambios en la naturaleza de los agentes colectivos en las realidades políticas actuales. En América Latina se consiguen expresiones de Movimientos Sociales como los "Sin Tierra" de Brasil, movimientos indígenas en Bolivia y los Movimientos Vecinales en la Venezuela democrática.
El tema de los movimientos vecinales y la democracia en Venezuela ha sido poco tratado y estudiado por la historiografía tradicional sin que por ello carezca de relevancia y trascendencia dado sus logros y alcances al menos durante los últimos 80 años.
En tal sentido, el presente foro estará compuesto por 4 segmentos:
-¿Qué es el Movimiento Vecinal y cuáles son sus principales características y manifestaciones?
Los Movimientos Vecinales están ubicados en el marco de los grupos sociales que emergen y se activan en defensa de los derechos de sus comunidades; esta defensa incluye temas reivindicativos como el mejoramiento de la calidad de vida por ejemplo, y también aspectos más politizados como el derecho a la participación en aquellos asuntos públicos que afecten su existencia de manera directa e indirecta.
Hay que tener presente que los Movimientos Vecinales están directamente vinculados al ejercicio de los Derechos Humanos y a la defensa de los derechos de las comunidades. El rasgo distintivo de los Movimientos Vecinales es su vinculación directa a las luchas comunitarias de base, dondequiera que se encuentren, es decir que no son exclusivos de las grandes ciudades sino que emergen en cualquier comunidad, urbana o rural, grande o pequeña, con una condición "sine qua non": en el seno de esa comunidad se siente la necesidad de emprender iniciativas para modificar una situación o un conjunto de situaciones evaluadas como amenazas o restricciones para su bienestar colectivo. Es decir, no son la densidad demográfica de un centro poblado ni su ubicación geográfica los factores que determinan o favorecen la organización comunitaria, sino sus necesidades y legítimas aspiraciones de modificar o cambiar su realidad inmediata hacia un estado superior de convivencia y bienestar.
Entendiendo que los Movimientos Vecinales son expresiones sociales orientadas a la defensa de los derechos de los vecinos y sus respectivas comunidades, el Profesor González señala algunos rasgos distintivos de los mismos:
.- El Movimiento Vecinal se ubica en el ejercicio del derecho a la participación popular en los asuntos públicos.
.- Es de naturaleza local aunque su incidencia pueda alcanzar ámbitos regionales y nacionales.
.- Son un medio de participación alternativo a las institucionalidades públicas o medios institucionales estatales y/o privados, y alternativos a los medios de participación partidista; esto no quiere decir que están reñidos por principio con estos medios de participación sino que son distintos a ellos y corresponden a una visión ciudadana vinculada a la defensa de los derechos.
El Movimiento Vecinal es autónomo, diverso, plural, competido y competitivo; autónomo porque debe tomar sus propias decisiones; diverso porque supone variados mecanismos de participación; plural porque reúne a vecinos con distintas opciones y visiones de la sociedad; competido porque en su seno se producen debates y competitivo porque trasciende con sus acciones para la realización de la defensa de sus derechos.
Por todo esto se considera que existe una relación de cooperación y conflicto de los Movimientos Vecinales con el Poder Público y otros actores sociales como por ejemplo los partidos políticos.
.-Trayectoria del Movimiento Vecinal en Venezuela, en particular durante la democracia representativa y liberal, previa a la Constitución de 1999.
Los Movimientos Vecinales comenzaron a aparecer en la década de los años 30 cuando aún gobernaba Juan Vicente Gómez, cuando se inició la organización comunitaria/vecinal. Surgieron las llamadas Ligas de Colonos, Ligas de Inquilinos, Ligas Campesinas, Juntas Pro Fomento y las Juntas Pro Mejoras, los Comités Pro Defensa, las Juntas Vecinales, los Comités de Barrio, los Comités de Conflicto, las Juntas de Defensa de la Comunidad, los Frentes Culturales, las Asambleas de Barrio y las Asociaciones de Propietarios y Residentes. Se creó una amplitud y diversidad organizativa que, a partir de 1930 ha tenido el Movimientos Vecinal en el país.
Es a partir de 1978 con la promulgación de la Ley Orgánica de Régimen Municipal y su posterior Reglamento #1 en 1979, cuando se uniformiza la denominación para todas las entidades vecinales y pasan a llamarse Asociaciones de Vecinos.
Miguel González destaca el aporte fundamental que dieron los vecinos organizados en la lucha por la democracia local, por la descentralización y por la elección directa de Alcaldes y Concejales en planchas abiertas. Se puede afirmar categóricamente que la descentralización y la democratización del Poder Público local se debe a las iniciativas del Movimiento Vecinal, en especial en la década de los 80. Asimismo la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado (COPRE) atendió la iniciativa vecinal para poder modernizar el sistema político. Este logro innegable del Movimiento Vecinal debería significar una futura visión de los objetivos a lograr en estas duras circunstancias.
.-Balance global de la trayectoria del Movimiento Vecinal considerando sus fortalezas y debilidades, logros y desatinos.
Un aspecto importante a destacar es que el Movimiento Vecinal contribuyó a la organización comunitaria con objetivos altruistas, colectivos, buscando el bien común y la solidaridad. Aunque no se lograron todos los objetivos, si hubo una orientación contributiva a la organización comunitaria
La tensión permanente con el Estado y los Partidos Políticos, propia de la naturaleza de un sistema democrático representativo y liberal, funcionó de forma positiva para la organización vecinal. En el Movimiento Vecinal surgió lo que hoy se conoce como Sociedad Civil y algunos dirigentes iniciaron su activismo social en organizaciones vecinales.
Un elemento negativo para la actividad de los Movimientos Vecinales fue su localismo y su vocación asistencialista que facilitó un tratamiento clientelar por parte de los gobiernos y de las organizaciones políticas, a pesar de que cada actor tiene un rol significativo y al carácter autónomo de los Movimientos Vecinales.
En opinión de González, los movimientos comunitarios de base o Movimientos Vecinales se han constituido en un actor social relevante en la construcción y defensa de la democracia en Venezuela.
En sus inicios, con las Ligas de los Colonos y las Ligas de Inquilinos, agrupaciones vecinales de El Valle, San Agustín y Antímano dieron los primeros pasos en luchas reivindicativas. Posteriormente, surgieron las llamadas Juntas Pro Mejoras y Juntas Pro Fomento que continuaron esas luchas pero con un valor agregado importante que fue el hecho de que, durante la dictadura de Pérez Jiménez, estas organizaciones cobijaron la actividad de la Resistencia democrática; además de adelantar gestiones en defensa de la calidad de vida de sus comunidades y el mejoramiento de los servicios públicos, sirvieron como elemento de reunificación de la actividad de los factores democráticos en Resistencia contra la dictadura. Este es un hecho que no debe ser omitido en la historia política venezolana porque, desde el anonimato, muchos vecinos contribuyeron con la lucha por el rescate de la democracia.
Durante los años 60, aprobada la Constitución de 1961 y en medio de años muy convulsos en lo político, los Movimientos Vecinales se mantuvieron activos comenzando un intercambio tanto con los partidos AD y COPEI como con organizaciones de la izquierda que trataban de reinsertarse en la vida pública luego de participar en la lucha guerrillera. Ingresaron en las comunidades a través de Frentes Culturales, Juntas Vecinales, Comités Pro Mejoras, Asambleas de Barrio, etc, viendo en el Movimiento Vecinal una oportunidad para reingresar a la actividad política.
También es importante destacar la acción de 2 actores sociales en este contexto: la Iglesia Católica que con una actividad importante en las barriadas populares a través de los Comités Cristianos de Base que se relacionaron con organizaciones vecinales, apoyándolas en sus legítimas aspiraciones para mejorar su calidad de vida, y desde el punto de vista político, un segmento de la iglesia se inclinaba por posiciones más radicales.
El otro actor fundamental fue la Clase Media que a partir de los años 70 y a través de las Asociaciones de Propietarios y Residentes comenzaron a organizarse y a ejercer un papel de mayor protagonismo. Así, surge la Federación de Asociaciones y Comunidades Urbanas (FACUR) cuyas acciones comenzaron con la presentación de un Plan de Reivindicaciones con visión de ciudad, exigiendo a los actores sociales y al gobierno la creación de planes destinados al mejoramiento del desarrollo urbano de la ciudad de Caracas; la actividad de FACUR fue relevante para el establecimiento y fortalecimiento del debate democrático en aquellos años.
-Consideraciones para la acción del Movimiento Vecinal en el corto y mediano plazo.
Si bien durante unos años el Movimiento Vecinal se apagó y muchas Asociaciones de Vecinos desaparecieron, siempre el activismo comunitario ha estado presente y eso es importante en las circunstancias actuales que atraviesa nuestro país. Para Miguel González, las reservas democráticas que tiene Venezuela hoy están en los movimientos comunitarios, en los Movimientos Vecinales. Es allí de donde saldrán las tendencias definitivas para impulsar el cambio político democrático que la mayoría de los venezolanos aspira.
Es necesario conversar, entenderse y trazar estrategias que permitan crear tejido social y capital político. Se debe exigir a las autoridades abrir espacios a las propuestas vecinales. No hay que temer a la política ya que ésta es un estado superior de ciudadanía y los Movimientos Vecinales tienen mucho que aportar.
Muchas veces los dirigentes vecinales no reconocen sus propias capacidades de liderazgo, organización y movilización. Los vecinos organizados pueden generar ideas que se conviertan en proyectos de políticas públicas y presentarlas ante las autoridades. El ciudadano no debe perder esta oportunidad y aprovechar el capital humano preparado y calificado para traducirlo en proyectos que beneficien a su comunidad.
La capacidad de trabajo de los vecinos no debe desfallecer porque brinda una posibilidad de potenciar las capacidades de los Movimientos Vecinales.
Existe un conjunto de elementos que pueden unir a amplias voluntades dentro del Movimiento Vecinal para la conformación de una fuerza democrática de cambio y a partir de lo local ir construyendo una agenda de lucha de participación para que esos cambios ocurran.
Después de casi 100 años de actividad colectiva organizada, con triunfos y con reveses, los vecinos tienen una amplia experiencia y trayectoria que les permite la construcción de un movimiento social que incline la balanza de manera definitiva hacia el cambio democrático que Venezuela necesita.
Los Movimientos Vecinales deben ser motores y agentes de cambio a través de los canales formales de participación
.
El Estado Comunal es una amenaza que genera temor a las organizaciones vecinales ya que atenta contra el derecho a la propiedad, a la libre participación entre otros. El elemento propagandístico del gobierno pretende desanimar o incentivar el desconsuelo con esta pretensión. Los vecinos organizados deben comenzar a destacar lo negativo de esta propuesta de Estado Comunal, y comenzar a resaltar lo positivo de la municipalidad y las posibilidades de organización y participación libres creando capital social y político.
Es necesario rescatar y fortalecer el Movimiento Vecinal, identificando áreas de lucha, defendiendo los derechos de las comunidades, conocer y compartir otras actividades similares que ocurren simultáneamente en defensa de los derechos a la participación y libre asociación.
La mejor defensa frente al Estado Comunal es el rescate del Municipio. En la Ley Orgánica del Poder Público Municipal se encuentran los mecanismos de participación que generalmente no se usan y hasta se desconocen.
La identificación de áreas de acción común solidaria, de cooperación y de compromiso constructivo y colaborativo, hará más fuerte al Movimiento Vecinal.
Con la participación de 190 ciudadanos.
EL FORO HATILLANO NO SE HACE RESPONSABLE POR LAS OPINIONES EMITIDAS POR EL PONENTE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario