La desinformación
como arma de los regímenes autoritarios es un tema polémico, político e
ideológico y no es algo nuevo. "... fuimos los primeros en afirmar que,
conforme la civilización asume formas más complejas, más tiene que restringirse
la libertad del individuo." frase atribuida a Benito Mussolini quien
profetizó el ejercicio dictatorial de controlar lo que dicen y piensan los
ciudadanos. Otros dictadores no solo siguieron su ejemplo sino que mejoraron
sus técnicas.
Son muchos los
ángulos que se pueden encontrar en torno a los aspectos básicos del control que
el Estado ejerce sobre las palabras que los ciudadanos dicen públicamente,
siendo un derecho universal que se resume en los postulados de la Libertad de
Expresión, la Libertad de Prensa, la Libertad de Información, por supuesto sin
caer en los terrenos vedados por la ley.
La Ley y la
Opinión Ciudadana conforman un tema complejo. ¿Qué dice la Ley con respecto a
la Libertad de Expresión? La Declaración de los Derechos del Hombre de 1789
señala: "...la libre comunicación de pensamientos y de opiniones es uno de
los derechos más preciosos del hombre; en consecuencia, todo ciudadano puede
hablar, escribir e imprimir libremente, a trueque de responder del abuso de
esta libertad en los casos determinados por la ley".
Otra fuente
importante, la Convención Americana sobre los Derechos Humanos, establece lo
siguiente: "Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de
expresión; este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir
informaciones e ideas de toda índole sin consideración de fronteras, ya sea
oralmente, por escrito o en forma impresa o artística o por cualquier otro
procedimiento".
En Venezuela, las
garantías para la libertad de información, libertad de expresión, el derecho al
acceso a la información pública, el derecho de honra y a la reputación, están
consagrados en los artículos 51,57,58,60,61,143 y 337 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela. Estas disposiciones se corresponden con los
fundamentos en esta materia establecidos por los artículos 19 y 20 del Pacto
Internacional de los Derechos Civiles y Políticos. Estas libertades siempre han
sido un derecho fundamental pero en la práctica, para el ciudadano no ha sido
fácil ni seguro defenderlas. La Lic. Mogollón abordó el ángulo del acceso a la
información pues es la piedra angular para el ejercicio de estos derechos.
Sin información
estamos imposibilitados para tomar decisiones oportunas ya sean personales, económicas o de cualquier índole
y hasta para formarnos y emitir opiniones; por esto es tan importante tener
acceso a información verdadera, confiable y actualizada. Ejercer el control ciudadano
sobre los gobernantes es simplemente imposible, no se puede ir más allá de lo
que los gobernantes quieran informar cuando deciden hacerlo (esto aplica para
el partido de gobierno como para la oposición). Sin información no se puede
ejercer la libertad de expresión.
Manifestar
públicamente nuestras ideas puede conducir a un mundo de sombras y represión,
si esas ideas se expresan sobre la base de información errónea o que no es
cierta. La movilización en defensa de los derechos se ve imposibilitada porque
da inseguridad y hace perder la brújula.
Informar al
entorno sobre aspectos que interesa compartir también se ve imposibilitada. Si
no se maneja información cierta no se puede compartir con familiares, amigos,
relacionados, socios, etc. El ciudadano está desprotegido en cuanto a la
información oficial requerida para la toma de decisiones.
Otro aspecto que
afecta realmente a los ciudadanos es que se ha minado la confianza en la
credibilidad hacia periodistas y medios de comunicación que son la primera
línea de defensa de los derechos fundamentales y está herida de muerte, no solo
porque informar la verdad se ha convertido en un negocio sin rentabilidad sino
porque no parece existir la intención de mejorar la calidad y la cantidad de la
información.
¿Cómo se limita el
acceso ciudadano a la información?
El repertorio es
inmenso. Por una parte, están los métodos tradicionales: censura, juicios por
difamación, alegatos de privacidad, han sido prácticas comunes del Estado para
suprimir el material informativo moral y políticamente inconveniente. También
la creación de leyes restrictivas (desde la ley resorte hasta la ley
antibloqueo), control estatal directo e indirecto de los medios de
comunicación, persecución y encarcelamiento no solo de periodistas sino de
cualquier ciudadano que intente expresarse libremente, propaganda política
intensa, aunque ya no tan convincente.
También hay
métodos no fácilmente visibles como, por ejemplo, la limitación para el acceso
a la internet ya sea por mala señal, altos costos, baja cobertura o la
suspensión del servicio en momentos críticos, también el bloqueo de página y de
sites que no son convenientes para los regímenes, inexistencia de presentación
de resultados otrora sana práctica de instituciones y organismos. No hay cifras
oficiales actualizadas, la data oficial está muy distante en el tiempo además
de seriamente cuestionada en cuanto a la forma como se ha construido la misma.
No hay ni confirmación ni negación de la información, las ruedas de prensa
ahora son selectivas y controladas siendo el funcionario cada vez más distante
del escrutinio público.
Para Mery
Mogollón, la mayoría de los medios de comunicación de Venezuela le han dado la
espalda al ciudadano y a su principal obligación la cual es informar veraz y
oportunamente.
El auge de las
Redes Sociales ha perfeccionado los métodos para mantener desinformado o sub
informado al ciudadano a través de la misinformaciòn o información falsa o
inexacta que pretende engañar, también la post verdad o distorsión de la
realidad hecha de forma deliberada, fake news o información mostrada con la
intención de que parezca auténtica pero que es una falsificación o imitación de
la realidad. Información falsa, mala y tardía comunicación de datos,
manipulación de datos, divulgación de datos erróneos o parciales, medios de
comunicación, editores, tuiteros y periodistas que difunden información no
confirmada, con datos erróneos o sin datos de cómo obtuvo la información.
Algunas de estas
prácticas no son exclusivas del Estado sino que se han convertido en un hábito
en sectores políticos y empresariales.
¿Qué debe hacer el
ciudadano para mantenerse informado?
No es tarea fácil.
Lo primero, a juicio de Mogollón, es la elección de gobernantes con demostrada
vocación de transparencia y rendición de cuentas; asimismo, debe promover la
independencia, recuperación y fortalecimiento de los organismos controladores
del Estado e impulsar leyes que garanticen a la población el acceso oportuno a
la información para lo cual es vital elegir a miembros para la Asamblea
Nacional que sean consistentes con sus ideas y con los intereses de los
ciudadanos.
El ciudadano
también debe promover la selección de funcionarios públicos (de cualquier
nivel) por concurso abierto de credenciales y no por amiguismo o compromisos
financieros, familiares o políticos. Promover leyes que obliguen al Estado a
rendir cuentas a los ciudadanos, a actualizar constantemente la data econòmica,
financiera, social, demográfica y de contrataciones públicas. El ciudadano
tiene que ser responsable al buscar información creíble y confirmarla para lo
cual debe ir a la fuente original de la misma y si no existe, demandarla.
Las Redes Sociales
y el universo de la internet tienen ventajas y desventajas. Entre las ventajas
es que es posible tener acceso directo a los gobernantes a través de las Redes
Sociales .
Los ciudadanos
deben organizarse para mantenerse informados en torno a los temas que le son
prioritarios y vitales, así como solicitar de los organismos oficiales las
respuestas oportunas a sus problemas e inquietudes. En el mar de internet
también hay mucha basura que el ciudadano debe evitar.
Todas estas tareas
implican insistir y perseverar en la búsqueda de la información, aunque sea
difícil.
Finalmente Mery
Mogollón concluye que los métodos que restringen las libertades del ciudadano
se han extendido y perfeccionado; ahora más que nunca son el verdadero enemigo
de las libertades del individuo. El acceso a la información es un derecho que
debemos ejercer y defender como ciudadanos. La desinformación afecta a todos en
todos los aspectos de la vida y se ha convertido en una tendencia mundial.
Quien maneja la
información tiene poder pero quien la controla, puede manipular a las masas.
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