Por Oscar Bastidas Delgado
Gracias a amplias
movilizaciones ante la Asamblea Constituyente de 1999, el Movimiento
Cooperativo Venezolano logró incluir y conceder categoría constitucional al
término Economía Social al igual que el de mutuales, y fortaleció la presencia
del cooperativismo y sus actividades en el texto constitucional. El Ordinal 3º
del Artículo 184º señala: “La ley creará mecanismos abiertos y flexibles para
que los Estados y los Municipios descentralicen y transfieran a las comunidades
y grupos vecinales organizados los servicios que éstos gestionen previa
demostración de su capacidad para prestarlos, promoviendo: […] “La
participación en los procesos económicos estimulando las expresiones de la
economía social, tales como cooperativas, cajas de ahorro, mutuales y otras
formas asociativas”.
Para quien estas líneas
escribe “La Economía Social puede entenderse como el conjunto de actividades
económicas privadas realizadas por organizaciones provistas de estatuto y
valores, constituidas voluntariamente por grupos de personas que con recursos
propios y democráticamente desean satisfacer sus necesidades comunes y las de
sus comunidades sin intermediarios ni fines de lucro, produciendo bienes y
servicios, asegurando o financiando, sin dependencia alguna de entes externos,
remunerando el trabajo y con reparto de excedentes proporcionales a la labor o
aportes de quienes contribuyan a conformarlo. Sus principales expresiones
organizacionales son las asociaciones, las mutuales y las cooperativas”. Todas
estas expresiones son entonces Organizaciones de la Economía Social (OESs),
Ahora bien, el Estatuto que
rige la Transición a la Democracia para Restablecer la Vigencia de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela a propósito de las Reglas
de Gobernabilidad y Programa Mínimo de Gobierno señala en su Artículo 27 que
“La Asamblea Nacional, previa consulta con la sociedad civil y con las organizaciones
con fines políticos, aprobará mediante acuerdo parlamentario las reglas de
gobernabilidad y las directrices del programa mínimo que, dentro de los
principios de la economía social de mercado, ejecutará el Gobierno
provisional”. Según el mismo Estatuto, ese programa respetará los principios
del régimen socioeconómico y de la función del Estado en lo económico
establecidos en el artículo 299 de la CN”, una economía fundamentada “en los
principios de justicia social, democratización, eficiencia, libre competencia,
protección del ambiente, productividad y solidaridad que asegure el desarrollo
humano integral y una existencia digna y provechosa para la colectividad”,
El término “Economía Social
de Mercado” fue puesto en el tapete por Alemania con posterioridad a la Segunda
Guerra Mundial para denotar un sistema económico que acepta el mercado como
mejor espacio para propiciar el progreso de los pueblos; un eje clave de esta
economía es la cogestión o sistema decisional que permite que los trabajadores
organizados tomen decisiones junto a los accionistas de las empresas bajo
ciertas condiciones. El término es utilizado en otros países. En América Latina
Perú lo consagró en su Constitución Política de 1979. Él precepto es liberal,
condiciona el intervencionismo estatal estableciéndole la creación de
condiciones para el desarrollo de actividades económicas privadas en
condiciones de libre competitividad.
Sin dudas que estos
preceptos de la AN concederán un giro a de 180 grados a las actividades
económicas desarrolladas en estos dos decenios por el dúo militarista Chávez –
Maduro; un desgobierno que gracias al facilismo petrolero construyó un Estado
capitalista salvaje que aplastó la propiedad privada al extremo de ser dueño
hasta de areperas que compiten con humildes vendedoras de empanadas.
Estado capitalista salvaje
que quebró todas las empresas expropiadas, eliminó tres cuartos de las empresas
privadas existentes para el 99; un Estado dirigido por el “obrero” que pasará a
la historia como el destructor de los sindicatos que con su varita mágica, el
BCV, convirtió en papelillo el salario de los trabajadores
Hoy se impone aunar
esfuerzos hacia la resiliencia. Quien suscribe propone construir una República
de Emprendedores que supere nuestra condición monoproductora; la amalgama de la
resiliencia deben ser los emprendimientos asociativos. Con OESs se pueden
enfrentar todos los problemas humanos; en época de crisis, de numerosos
problemas comunes y con obvia escasez de recursos, solo con sus valores, con la
unión de esfuerzos y recursos y con voluntad y acciones de equipos sobre claros
planes, se pueden superar los problemas dejados por el populismo vacío del dúo.
Las OESs se complementan muy
bien con las empresas públicas y privadas participativas y socialmente responsables
y se insertan perfectamente en el marco de la Economía Social de Mercado.
Alemania es buen ejemplo de ese binomio; sin entrar en detalles, en ese país el
sistema financiero más importante es cooperativo: la Federación de Bancos
Populares y Bancos Raiffeisen; también todos los productores agrícolas están
asociados a alguna cooperativa sea de aprovisionamiento, producción o venta de
productos. ¡Pero atención!: no cualquier producto: allá se produce con el sudor
del trabajo de quienes si aprendieron a pescar ¡y pescan!; no con el sudor del
lumpen paramilitar y del ejercito de pedigüeños generado por el dizque
“socialismo del siglo xxi”.
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