Por: El Pitazo, Yelitza Linares.
Caracas, 3 de mayo de 2018.
Ellos no esperaron por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ni lo hacen por el Frente Amplio por una Venezuela Libre para activarse y salir en protesta pacífica. No han dejado de hacerlo desde las manifestaciones del año 2017 y se suman a las que en los últimos meses han planificado gremios, asociaciones de vecinos, pacientes afectados o la sociedad civil organizada, para darle contenidos creativos a las actividades de calle. Ellos forman parte del Laboratorio Ciudadano de Noviolencia Activa, antes llamado el Laboratorio de Protesta No Violenta.
No es que les sobre tiempo. También trabajan, hacen compras, deambulan por farmacias para conseguir medicinas y padecen las penurias del transporte, pero sacan pocas horas de su rutina diaria, si es necesario, para reflexionar sobre cómo abordar la crisis desde la ciudadanía y para manifestar por una Venezuela democrática.
Desde 2017, vemos expresiones de calle de las organizaciones que hacen vida en este espacio donde le dan cabida a la conversación y a la innovación.
Las Piloneras nos sorprendieron innumerables veces en las protestas de calle con un canto de pilón que reclamaba por igual frente a la violencia institucional como ante la falta de medicinas.
No es que les sobre tiempo. También trabajan, hacen compras, deambulan por farmacias para conseguir medicinas y padecen las penurias del transporte, pero sacan pocas horas de su rutina diaria, si es necesario, para reflexionar sobre cómo abordar la crisis desde la ciudadanía y para manifestar por una Venezuela democrática.
Desde 2017, vemos expresiones de calle de las organizaciones que hacen vida en este espacio donde le dan cabida a la conversación y a la innovación.
Las Piloneras nos sorprendieron innumerables veces en las protestas de calle con un canto de pilón que reclamaba por igual frente a la violencia institucional como ante la falta de medicinas.
Con sus delantales y las letanías de protesta, Las Piloneras se han ganado espacios no habituales para las protestas. Foto Cortesía Laboratorio Ciudadano de Noviolencia Activa
Los de Billete ALzao juntaron los billetes que hacían falta para comprar un dólar y lo llevaron a las manifestaciones en 2017. Foto Cortesía Laboratorio Ciudadano de Noviolencia Activa
Los de Dale Letra marcharon y marchan con pancartas que forman palabras con un significado oportuno, mientras entonaban versos que rimaban la irreverencia frente a los abusos del poder.
En cambio, el grupo de El Bus TV decidió ir a informar a los que no acudían a las manifestaciones. Ante la autocensura de los medios tradicionales, estos comunicadores se valieron de un marco de un televisor elaborado de manera artesanal para dramatizar dentro de las unidades de transporte un noticiero con informaciones terriblemente reales.
Todas estas manifestaciones creativas que irrumpieron en medio de la violencia política se fueron conectando en un laboratorio social que aún se mantiene activo, a pesar de la apatía que predomina fuera de él.
El Labo –como lo llaman sus integrantes– es un espacio de encuentro y articulación tanto de organizaciones como de personas independientes que nació en medio del ciclo de protestas contra los actos ilegales del gobierno de Nicolás Maduro, en 2017. Estaban preocupados por la escalada de violencia, iniciada por la represión de las fuerzas de seguridad del Estado. El periodista Cheo Carvajal y el diseñador gráfico Jaime Cruz hicieron una convocatoria abierta para intercambiar ideas en torno a las manifestaciones que movilizaban a mucha gente en las calles.
En cambio, el grupo de El Bus TV decidió ir a informar a los que no acudían a las manifestaciones. Ante la autocensura de los medios tradicionales, estos comunicadores se valieron de un marco de un televisor elaborado de manera artesanal para dramatizar dentro de las unidades de transporte un noticiero con informaciones terriblemente reales.
Todas estas manifestaciones creativas que irrumpieron en medio de la violencia política se fueron conectando en un laboratorio social que aún se mantiene activo, a pesar de la apatía que predomina fuera de él.
El Labo –como lo llaman sus integrantes– es un espacio de encuentro y articulación tanto de organizaciones como de personas independientes que nació en medio del ciclo de protestas contra los actos ilegales del gobierno de Nicolás Maduro, en 2017. Estaban preocupados por la escalada de violencia, iniciada por la represión de las fuerzas de seguridad del Estado. El periodista Cheo Carvajal y el diseñador gráfico Jaime Cruz hicieron una convocatoria abierta para intercambiar ideas en torno a las manifestaciones que movilizaban a mucha gente en las calles.
La cita se dio el 11 de mayo, con una buena concurrencia, en una acogedora librería de Las Mercedes, adonde acudieron motivados por inquietudes similares en torno al carácter épico que estaban cobrando las protestas.
En aquel encuentro, se acordó crear un movimiento ciudadano espontáneo que expresaría su descontento e indignación por lo que ocurría, con métodos alternativos. Esa iniciativa se fue nutriendo en reuniones semanales que se siguen haciendo en distintos lugares de la ciudad y a los que se fueron sumando más personas, reflexiones e ideas innovadoras.
Ángel Zambrano pasó a ser uno de los principales promotores de la iniciativa que más tarde se llamó Laboratorio Ciudadano de Protesta No Violenta.
Desde entonces, se plantearon que el foco estaría en “unir la reflexión abierta y profunda con la experimentación directa, inmediata, sobre el asfalto de las calles, donde la oleada de represión cobraba cada vez más víctimas”.
Las iniciativas Dale Letra, Las Piloneras, Canta El Pueblo, Santa Barrera y Poesía en Resistencia, se habían formado antes del laboratorio, por cuenta propia, y fueron un motor e inspiración para otras ideas que fueron coordinando, tomando impulso y ganando difusión, como son los casos de El Bus TV, Billete Alzao, Venezuela se Levanta.
“Como en todo laboratorio, nos mueve la experimentación y la creatividad -afirma el grupo como un colectivo-. Queremos probar constantemente nuevas ideas y prototipos de acción cívica colectiva. Esto nos exige evaluar siempre los logros y desaciertos que hemos tenido como ciudadanos enfrentados a una grave crisis”.
El Laboratorio Ciudadano de Noviolencia Activa, como le llaman ahora, busca construir un futuro democrático y sostenible, para lo cual se han propuesto habilitar comunidades de reflexión y articular redes de solidaridad, innovación y generación de conocimiento.
“Aseguran que sus acciones van en línea con el planteamiento de Gandhi en torno a lo que llamaba Programa Constructivo como ‘manifestación positiva de la lucha no-violenta’”
“Pensamos no sólo en la coyuntura presente que ciertamente deseamos superar, sino también en el futuro que queremos y que debemos construir desde el aquí y el ahora”, afirman.
Parte de su compromiso es trabajar para que las nuevas generaciones de venezolanos crezcan en una sociedad mejor, en la que predominen las relaciones colaborativas, las instituciones sólidas y transparentes, basadas en estructuras horizontales y distribuidas.
Parte de su compromiso es trabajar para que las nuevas generaciones de venezolanos crezcan en una sociedad mejor, en la que predominen las relaciones colaborativas, las instituciones sólidas y transparentes, basadas en estructuras horizontales y distribuidas.
Es un emprendimiento social
Después de un año trabajando de manera articulada, los integrantes de este Lab se identifican como un emprendimiento social, sin afán de lucro, que tiene como propósito el desarrollo de una ciudadanía democrática.
“Nuestro foco emprendedor está puesto en el desarrollo de ciudadanía y en el hacer comunidad para construir país desde sus específicas áreas de influencia”.
Cuentan con un equipo regular de 15 personas. “Existe una inteligencia colectiva comprometida y apasionada, con capacidad para trabajar sobre la base de proyectos sostenibles”, afirman.
Por ahora, se sostienen con el apoyo de familiares y amigos, y actualmente están en proceso de estrategia de funcionamiento, lo que incluye la autosostenibilidad del Lab.
Algunos integrantes del grupo se están formando en el área de emprendimiento social y han podido abordar su trabajo desde múltiples perspectivas, incluyendo el pensamiento de diseño (Design Thinking), la empatía y la emoción para conectar con el otro. Para ellos, el valor de la experimentación y del fracaso son vitales. Organizaciones como ECOEM e IMPACT HUB los han asesorado para desarrollar un modelo de negocios.
También se han informado sobre los temas de Noviolencia en el marco de programas internacionales y están cursando el Diplomado en Innovación Política en línea, a través de la Academia de Innovación Política de Asuntos del Sur.
La semana pasada, el Laboratorio planteó el debate para conectar, en paralelo, iniciativas que estén asociadas con la solidaridad, para enfrentar la crisis.
Cuando se les pregunta qué nos falta para ser mejores ciudadanos, responden: “Participación, organización, autonomía y, sobre todo, articulación”. Si le interesa sumarse a estos encuentros de reflexión pueden escribir a ciudadanolaboratorio@gmail.com.
Después de un año trabajando de manera articulada, los integrantes de este Lab se identifican como un emprendimiento social, sin afán de lucro, que tiene como propósito el desarrollo de una ciudadanía democrática.
“Nuestro foco emprendedor está puesto en el desarrollo de ciudadanía y en el hacer comunidad para construir país desde sus específicas áreas de influencia”.
Cuentan con un equipo regular de 15 personas. “Existe una inteligencia colectiva comprometida y apasionada, con capacidad para trabajar sobre la base de proyectos sostenibles”, afirman.
Por ahora, se sostienen con el apoyo de familiares y amigos, y actualmente están en proceso de estrategia de funcionamiento, lo que incluye la autosostenibilidad del Lab.
Algunos integrantes del grupo se están formando en el área de emprendimiento social y han podido abordar su trabajo desde múltiples perspectivas, incluyendo el pensamiento de diseño (Design Thinking), la empatía y la emoción para conectar con el otro. Para ellos, el valor de la experimentación y del fracaso son vitales. Organizaciones como ECOEM e IMPACT HUB los han asesorado para desarrollar un modelo de negocios.
También se han informado sobre los temas de Noviolencia en el marco de programas internacionales y están cursando el Diplomado en Innovación Política en línea, a través de la Academia de Innovación Política de Asuntos del Sur.
La semana pasada, el Laboratorio planteó el debate para conectar, en paralelo, iniciativas que estén asociadas con la solidaridad, para enfrentar la crisis.
Cuando se les pregunta qué nos falta para ser mejores ciudadanos, responden: “Participación, organización, autonomía y, sobre todo, articulación”. Si le interesa sumarse a estos encuentros de reflexión pueden escribir a ciudadanolaboratorio@gmail.com.
Tomado de: https://elpitazo.com/opinion/eso-esta-bueno-un-laboratorio-de-ciudadania-que-mantiene-la-protesta-pacifica/
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